jueves, 24 julio 2025

El error con la tarjeta de la ITV que te puede impedir vender tu coche

Superar la Inspección Técnica de Vehículos es, para la mayoría de los conductores, un trámite periódico más, a veces molesto, pero necesario para circular con la tranquilidad de que todo está en orden y con la preciada pegatina adornando el parabrisas. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que el verdadero valor de esta revisión no reside únicamente en el resultado inmediato, sino en el rastro digital que deja en los registros de la Dirección General de Tráfico. Un simple suspenso, una ‘ITV desfavorable‘ que no se subsana correctamente, puede convertirse en una pesadilla burocrática, una marca invisible que emerge en el peor momento posible: cuando intentamos vender nuestro coche. Esta situación genera un bloqueo administrativo que frena en seco la operación, dejando a vendedor y comprador en un limbo inesperado y frustrante, todo por un fallo que quizás consideramos menor en su día.

Publicidad

La creencia popular de que una vez pasado el mal trago de la inspección, con sus defectos leves o graves, el problema queda zanjado hasta el año siguiente, es un error de bulto que puede costar muy caro. La realidad es que el sistema actual es mucho más riguroso y está interconectado, lo que significa que un resultado desfavorable no es una simple recomendación para visitar el taller. Es una orden directa con consecuencias legales y administrativas muy serias si se ignora, una anotación en el historial del vehículo que actúa como una cicatriz imborrable hasta que se demuestre su completa sanación, es decir, hasta que se superen las pruebas en una nueva visita a la estación. Este detalle, a menudo subestimado, es la clave de un problema que afecta a miles de transacciones de vehículos de segunda mano en España cada año.

2
LA CICATRIZ DIGITAL: CÓMO LA DGT REGISTRA TU FRACASO EN LA ITV

Fuente: Freepik

Hemos dejado atrás la era en la que la ficha técnica en papel era el único registro de las vicisitudes de nuestro coche. Hoy, cada inspección, cada resultado, queda grabado a fuego en el Registro de Vehículos de la DGT. En el momento en que una estación emite un veredicto de ‘ITV desfavorable’, esa información viaja de forma instantánea a la base de datos central, asociándose de manera permanente a la matrícula de nuestro coche. Esta cicatriz digital es invisible en el día a día, no se ve en la carrocería ni en el permiso de circulación, pero está presente y accesible para quien sepa dónde mirar, concretamente, en el conocido como ‘Informe DGT’, un documento que se ha convertido en una herramienta indispensable en la compraventa de vehículos usados.

Este registro electrónico es el corazón del sistema de control. A diferencia de un simple sello en un cartón, no se puede perder, manipular ni ignorar. La anotación de una inspección desfavorable pendiente de subsanar funciona como un candado digital. Cualquier trámite administrativo que implique un cambio de titularidad pasará necesariamente por la consulta de este registro, lo que convierte a la base de datos de la DGT en el notario final de cualquier transacción, y si detecta esta incidencia, el sistema informático de Tráfico simplemente denegará la operación de forma automática. El suspenso en la ITV se transforma así en un veto ineludible para la venta.

Publicidad
Publicidad