viernes, 25 julio 2025

Así usan las aerolíneas las ‘cookies’ para subirte el precio del vuelo cada vez que lo buscas

El complejo mundo de las aerolíneas esconde una estrategia de precios tan sofisticada como frustrante para el consumidor, una que convierte nuestro propio interés en un arma en nuestra contra. Todos hemos vivido esa exasperante experiencia: encuentras un vuelo a un precio razonable, decides esperar unas horas para confirmarlo con tu pareja o amigos y, al volver a buscarlo, el precio ha subido misteriosamente sin motivo aparente. No es casualidad ni mala suerte. Detrás de esta fluctuación se esconde una práctica deliberada y automatizada que busca maximizar los beneficios a costa de la cartera del viajero, aprovechando cada clic que hacemos en sus páginas web.

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Esta táctica, conocida en el sector como ‘dynamic pricing’ o precios dinámicos, se alimenta directamente de la información que nosotros mismos les regalamos con cada búsqueda. Los algoritmos de las compañías aéreas están diseñados para identificar patrones de comportamiento, y un interés repetido en una ruta específica es la señal de alarma que activa el mecanismo. El sistema interpreta que tu necesidad o deseo de viajar es alto y, por lo tanto, estás dispuesto a pagar más. Lo que sigue es una sutil pero efectiva manipulación psicológica, donde el incremento de precio genera una falsa sensación de urgencia para que compres de inmediato, antes de que el billete se vuelva todavía más inalcanzable.

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EL RASTRO DIGITAL QUE TE CUESTA DINERO: ASÍ FUNCIONAN LAS COOKIES

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Para entender cómo se orquesta esta subida de precios, primero hay que hablar de las famosas ‘cookies’. Estos pequeños archivos de texto, que aceptamos casi sin pensar al entrar en cualquier web de las aerolíneas, son en realidad rastreadores increíblemente eficientes. No son más que una especie de memoria digital que el sitio web instala en nuestro navegador para recordar quiénes somos y qué hemos hecho. En el contexto de la compra de vuelos, su función es registrar cada detalle de nuestra consulta: el origen, el destino, las fechas seleccionadas y, lo más importante, el número de veces que hemos realizado esa misma búsqueda. Este rastro digital es oro puro para sus sistemas de venta automatizados.

Una vez que la cookie está instalada, cada nueva visita a la página web de la compañía aérea le permite a su servidor leer la información almacenada. Si el algoritmo detecta que un usuario ha buscado la ruta Madrid-Roma para el puente de diciembre cinco veces en dos días, lo interpreta como una clara señal de compra inminente. En ese momento, en lugar de mantener o bajar el precio, el sistema aplica un incremento, ya que, la probabilidad de que ese usuario finalice la compra a un precio ligeramente superior es muy elevada. Es una estrategia perversa porque utiliza nuestra propia diligencia y planificación en nuestra contra, convirtiendo el acto de comparar y asegurarse en un factor que encarece el producto final.

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