El complejo mundo de las aerolíneas esconde una estrategia de precios tan sofisticada como frustrante para el consumidor, una que convierte nuestro propio interés en un arma en nuestra contra. Todos hemos vivido esa exasperante experiencia: encuentras un vuelo a un precio razonable, decides esperar unas horas para confirmarlo con tu pareja o amigos y, al volver a buscarlo, el precio ha subido misteriosamente sin motivo aparente. No es casualidad ni mala suerte. Detrás de esta fluctuación se esconde una práctica deliberada y automatizada que busca maximizar los beneficios a costa de la cartera del viajero, aprovechando cada clic que hacemos en sus páginas web.
Esta táctica, conocida en el sector como ‘dynamic pricing’ o precios dinámicos, se alimenta directamente de la información que nosotros mismos les regalamos con cada búsqueda. Los algoritmos de las compañías aéreas están diseñados para identificar patrones de comportamiento, y un interés repetido en una ruta específica es la señal de alarma que activa el mecanismo. El sistema interpreta que tu necesidad o deseo de viajar es alto y, por lo tanto, estás dispuesto a pagar más. Lo que sigue es una sutil pero efectiva manipulación psicológica, donde el incremento de precio genera una falsa sensación de urgencia para que compres de inmediato, antes de que el billete se vuelva todavía más inalcanzable.
5NO SOLO SON LAS COOKIES: OTROS SECRETOS QUE ENCARECEN TU BILLETE

Aunque las cookies y el ‘dynamic pricing’ son los protagonistas, no son los únicos factores que pueden alterar el coste de un billete de avión. Las aerolíneas utilizan modelos de precios de una complejidad endiablada que tienen en cuenta otras variables sorprendentes. Por ejemplo, el día y la hora de la compra pueden influir significativamente; históricamente, se ha observado que comprar los martes por la tarde suele ofrecer mejores tarifas que hacerlo un viernes o un fin de semana, cuando la gente tiene más tiempo para planificar sus viajes. Incluso el dispositivo desde el que se realiza la búsqueda puede ser un factor, ya que algunos estudios han sugerido que a los usuarios de dispositivos Apple se les han mostrado precios ligeramente más altos bajo la presunción de que tienen un mayor poder adquisitivo.
Además del precio base del vuelo, hay que estar muy atento a la práctica del ‘drip pricing’ o precio por goteo, una especialidad de muchas aerolíneas, sobre todo las de bajo coste. Esta técnica consiste en presentar un precio de salida muy atractivo y competitivo que va aumentando a medida que avanzas en el proceso de compra. Primero se suma el coste por elegir asiento, luego el recargo por facturar una maleta, más tarde el seguro de viaje y, finalmente, las tasas de gestión por pagar con tarjeta. Lo que empezó siendo una ganga, acaba convirtiéndose en un desembolso considerablemente mayor al anunciado inicialmente, una vez que el cliente ya está mentalmente comprometido con la compra y es menos propenso a abandonarla.