Así roban tus contraseñas desde el WiFi del supermercado sin que lo notes

La comodidad de conectarse a una red WiFi gratuita mientras se realiza la compra semanal en el supermercado se ha convertido en una costumbre para miles de españoles, una forma sencilla de revisar mensajes o consultar recetas sin gastar datos móviles. Sin embargo, esta acción aparentemente trivial esconde un peligro cada vez más extendido y sofisticado. Los ciberdelincuentes han perfeccionado una técnica para interceptar nuestras comunicaciones y robar información sensible, como contraseñas bancarias o de redes sociales, justo delante de nuestras narices y sin que salte ninguna alarma visible en nuestros dispositivos, transformando esa conveniencia en una vulnerabilidad crítica para nuestra seguridad digital.

El principal atractivo de estas redes es su aparente gratuidad, un cebo irresistible para quienes buscan ahorrar datos móviles mientras hacen la compra. Sin embargo, lo que parece una ventaja inofensiva puede convertirse en la puerta de entrada para ciberdelincuentes experimentados, que aprovechan la confianza del usuario para desplegar sus trampas con una eficacia alarmante y sin levantar sospechas. El método es tan sutil que la víctima rara vez se da cuenta del ataque hasta que es demasiado tarde, cuando descubre cargos extraños en su cuenta o que sus perfiles en línea han sido secuestrados, demostrando la fragilidad de nuestra privacidad en entornos públicos.

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SEÑALES DE ALERTA Y HÁBITOS DE HIGIENE DIGITAL

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Aunque los ataques ‘Evil Twin’ son sutiles, a veces se pueden detectar ciertas señales de alerta que deberían hacernos sospechar. Por ejemplo, si notas que el nombre de la red WiFi tiene una ligera variación o un error tipográfico, es una bandera roja evidente. Otra pista puede ser que la red te pida iniciar sesión de nuevo cuando tu dispositivo ya la recordaba, o si la página del portal cautivo parece poco profesional o solicita información excesivamente personal. La lentitud inusual en la conexión también puede ser un indicio, ya que el tráfico está siendo redirigido a través de un equipo intermedio, el del atacante.

Más allá de la vigilancia, la mejor defensa es la prevención activa. Es fundamental desactivar en los ajustes de nuestro teléfono la opción de «conectarse automáticamente a redes WiFi abiertas», ya que esta función es la puerta de entrada predilecta para los ‘gemelos malignos’. Debemos ser siempre escépticos ante las redes gratuitas y desconfiar por sistema de cualquier portal que nos solicite credenciales sensibles. En última instancia, la combinación de escepticismo, el uso de una VPN y mantener nuestros dispositivos actualizados constituye la barrera más sólida contra quienes buscan aprovecharse de un simple gesto como es conectarse a una red WiFi.

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