sábado, 26 julio 2025

El error en la factura de la luz que te puede estar costando 100€ al año

La factura de la luz esconde, en su aparente complejidad, un detalle que a menudo pasa desapercibido para la mayoría de los hogares españoles, un pequeño desajuste que, sin embargo, puede suponer una sangría económica de más de cien euros al año. Nos referimos a la potencia contratada, ese término fijo que pagamos religiosamente mes a mes, independientemente de nuestro consumo. Un concepto que, por desconocimiento o simple inercia, solemos mantener inalterado durante años, sin ser conscientes de que podría estar completamente desfasado respecto a nuestras necesidades reales. Adecuar esta cifra no es una tarea hercúlea, sino un gesto sencillo que puede aliviar considerablemente la carga económica mensual.

Publicidad

El problema reside en una verdad incómoda, la mayoría de los consumidores tienen contratada más potencia de la que realmente utilizan. Esta situación, lejos de ser una anécdota, es una constante que engorda las arcas de las compañías eléctricas a costa de nuestro bolsillo. Imagina pagar cada mes por un servicio sobredimensionado, una especie de tarifa plana por una autopista de diez carriles cuando solo necesitas uno para tu utilitario. La clave está en analizar con detenimiento nuestros hábitos de consumo y entender que un ajuste a la baja no solo es posible, sino que es una de las estrategias más eficaces para optimizar nuestros gastos energéticos sin sacrificar nuestro confort diario.

1
LA POTENCIA CONTRATADA: EL GIGANTE DORMIDO DE TU FACTURA

YouTube video

La potencia contratada, expresada en kilovatios (kW), determina el número de electrodomésticos que podemos tener funcionando de manera simultánea sin que salten los plomos, o más técnicamente, sin que actúe el Interruptor de Control de Potencia (ICP). Es el peaje que pagamos por tener acceso a la red eléctrica, un coste fijo que se abona en cada factura de la luz. Cada kilovatio de potencia tiene un coste anual que, aunque puede variar ligeramente según la tarifa, ronda los 42 euros. Esto significa que si tienes un solo kilovatio de más contratado, estás pagando cerca de cincuenta euros extra al año por absolutamente nada.

Este concepto es, quizás, uno de los más incomprendidos del recibo eléctrico, pero su impacto es directo y constante. No se trata de un coste variable que dependa de si dejamos las luces encendidas o ponemos una lavadora de más. Es un cargo inamovible, un pago que se realiza por la disponibilidad de esa capacidad energética, la usemos o no. Optimizarla, por tanto, no implica cambiar nuestros hábitos de consumo de luz, sino simplemente sincerar nuestra relación contractual con la compañía eléctrica, ajustando el papel a la realidad de nuestro hogar y evitando así un sobrecoste innecesario que se acumula silenciosamente mes a mes.

Atrás
Publicidad
Publicidad