La llegada de una multa inesperada siempre es un trago amargo, pero la perplejidad se convierte en una pesadilla burocrática cuando la sanción corresponde a un vehículo que vendiste hace años. Este fenómeno, conocido como la ‘multa zombie’, es más común de lo que parece y atrapa a miles de vendedores de buena fe en una espiral de notificaciones y recargos por infracciones que no han cometido. La clave del problema reside en un trámite aparentemente secundario que, de no realizarse, deja al antiguo propietario como responsable legal a ojos de la Dirección General de Tráfico, con todas las consecuencias que ello implica, convirtiendo un simple acuerdo de venta en un problema que puede durar años.
Este laberinto administrativo no es fruto de un error informático ni de una confusión de la Administración, sino de una laguna de responsabilidad que se abre justo después de entregar las llaves. El vendedor, confiado en que el comprador cumplirá con su parte del trato, se desentiende del vehículo, pero su nombre sigue figurando en el Registro de Vehículos. Es en ese limbo, donde la confianza choca frontalmente con la burocracia, donde nace el problema. La sanción viaja directamente al domicilio del titular registral, quien se ve obligado a demostrar una venta realizada en el pasado, un proceso que puede ser tan tedioso como frustrante y que pone de manifiesto una cruda realidad: en materia de Tráfico, la responsabilidad no se transfiere con un simple apretón de manos.
4EL ESCUDO PROTECTOR: EL TRÁMITE QUE TE SALVARÁ DE FUTUROS DOLORES DE CABEZA

Afortunadamente, existe una herramienta sencilla, económica y tremendamente eficaz para evitar caer en esta trampa: la notificación de venta. Este trámite, que se realiza directamente en la Dirección General de Tráfico, es la única garantía real que tiene el vendedor para desvincularse por completo del vehículo. Consiste, básicamente, en comunicar oficialmente a Tráfico que el coche ya no te pertenece, aportando los datos del comprador. Al hacerlo, la responsabilidad sobre cualquier futura multa o impuesto se traslada automáticamente al nuevo propietario, independientemente de si este realiza o no el cambio de titularidad a su nombre. Este paso es fundamental para dormir tranquilo.
Realizar la notificación de venta es un proceso relativamente simple. Se puede hacer de forma telemática a través de la sede electrónica de la DGT, si se dispone de certificado digital, o de forma presencial en cualquier Jefatura de Tráfico, solicitando cita previa. Solo se necesita el impreso oficial de notificación, el contrato de compraventa firmado por ambas partes y una copia del DNI del comprador. El coste de la tasa es mínimo, actualmente inferior a los diez euros, una inversión insignificante si se compara con la tranquilidad que proporciona y el coste potencial de una sola multa que te pueda llegar en el futuro por no haberlo hecho.