La llegada de una multa inesperada siempre es un trago amargo, pero la perplejidad se convierte en una pesadilla burocrática cuando la sanción corresponde a un vehículo que vendiste hace años. Este fenómeno, conocido como la ‘multa zombie’, es más común de lo que parece y atrapa a miles de vendedores de buena fe en una espiral de notificaciones y recargos por infracciones que no han cometido. La clave del problema reside en un trámite aparentemente secundario que, de no realizarse, deja al antiguo propietario como responsable legal a ojos de la Dirección General de Tráfico, con todas las consecuencias que ello implica, convirtiendo un simple acuerdo de venta en un problema que puede durar años.
Este laberinto administrativo no es fruto de un error informático ni de una confusión de la Administración, sino de una laguna de responsabilidad que se abre justo después de entregar las llaves. El vendedor, confiado en que el comprador cumplirá con su parte del trato, se desentiende del vehículo, pero su nombre sigue figurando en el Registro de Vehículos. Es en ese limbo, donde la confianza choca frontalmente con la burocracia, donde nace el problema. La sanción viaja directamente al domicilio del titular registral, quien se ve obligado a demostrar una venta realizada en el pasado, un proceso que puede ser tan tedioso como frustrante y que pone de manifiesto una cruda realidad: en materia de Tráfico, la responsabilidad no se transfiere con un simple apretón de manos.
5LUCHA CONTRA EL ZOMBI: CÓMO RECURRIR Y ANULAR ESA MULTA FANTASMA

Si la prevención ha llegado tarde y ya has recibido una ‘multa zombie’, no todo está perdido. El primer paso es no ignorar la notificación y actuar dentro del plazo establecido para presentar alegaciones, que suele ser de veinte días naturales. El documento clave para tu defensa será siempre el contrato de compraventa del vehículo. Este contrato, donde deben constar claramente los datos del vendedor y del comprador, la fecha y la hora de la entrega del coche, es la prueba fehaciente de que en el momento de la infracción tú ya no eras el poseedor del mismo. Es fundamental adjuntar una copia de este documento al escrito de alegaciones que presentes.
En dicho escrito, además de adjuntar el contrato, debes identificar al conductor responsable, es decir, al comprador del vehículo, proporcionando su nombre completo, DNI y domicilio. De esta manera, la Administración tiene la obligación de iniciar un nuevo procedimiento sancionador contra la persona que has identificado, archivando el que se había iniciado contra ti. Aunque el proceso pueda parecer engorroso y requiera cierta perseverancia, es la única vía efectiva para anular esa injusta multa y romper definitivamente el vínculo legal con tu antiguo coche, poniendo fin a un problema que nunca debió haber comenzado y recuperando la paz mental que te fue arrebatada por una simple notificación.