sábado, 26 julio 2025

Estos son los medicamentos que pueden provocar un falso positivo en un control de drogas

Muchos de los medicamentos que guardamos en el botiquín de casa para dolencias tan comunes como un resfriado, una alergia o un dolor muscular pueden convertirse en nuestro peor enemigo en un control de tráfico. El problema es que el resultado de un control de drogas en carretera puede dar un vuelco inesperado a nuestra vida, un escenario que nadie contempla al tomar un simple antigripal, y que puede acarrear consecuencias legales y económicas muy serias. Esta situación, cada vez más frecuente en las carreteras españolas, sitúa a cientos de conductores en una posición de indefensión y sorpresa mayúscula, enfrentándose a sanciones por un positivo que no se corresponde con el consumo de ninguna sustancia ilegal.

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La paradoja es que estos conductores son, en su mayoría, ciudadanos responsables que jamás consumirían estupefacientes antes de ponerse al volante. La clave de este embrollo reside en la estructura molecular de ciertos fármacos completamente legales y de venta habitual. Existe una notable similitud química entre sus componentes y las sustancias ilegales que buscan los test, una coincidencia molecular que los reactivos no siempre logran diferenciar, generando una alarma donde no debería existir. Comprender qué fármacos pueden desencadenar esta reacción y cómo actuar si nos ocurre es fundamental para evitar que un tratamiento médico se transforme en una pesadilla legal de consecuencias imprevisibles.

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EL BOTIQUÍN CASERO: UNA TRAMPA INESPERADA EN LA CARRETERA

Fuente Pexels

El mecanismo por el que un fármaco inocente puede manchar nuestro historial como conductores es más simple de lo que parece y se basa en la propia naturaleza de los test de drogas. Estas pruebas de cribado inicial, conocidas como drogotest, no están diseñadas para identificar con precisión quirúrgica una sustancia concreta, sino para detectar la presencia de familias de compuestos químicos. El reactivo de la prueba busca patrones moleculares generales, no sustancias concretas y específicas, por lo que un compuesto legal presente en algunos medicamentos puede ser confundido con uno ilícito de su misma «familia» química, activando el positivo de forma errónea. Es un sistema rápido y eficaz para una detección masiva, pero con un margen de error nada despreciable.

Esta falta de especificidad es el origen del problema, ya que el conductor se ve obligado a demostrar su inocencia en un proceso que se inicia con una presunción de culpabilidad. La mayoría de conductores desconoce por completo que ciertos medicamentos de uso común pueden generar esta reacción, un desconocimiento que es la principal causa de estos falsos positivos y que los coloca en una situación de absoluta vulnerabilidad frente al agente de la autoridad. La sorpresa, la incredulidad y la impotencia son las primeras reacciones de quien se ve implicado en una situación así, a menudo sin saber qué fármaco de los que ha tomado es el causante del embrollo.

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