domingo, 27 julio 2025

Estos son los medicamentos que pueden provocar un falso positivo en un control de drogas

Muchos de los medicamentos que guardamos en el botiquín de casa para dolencias tan comunes como un resfriado, una alergia o un dolor muscular pueden convertirse en nuestro peor enemigo en un control de tráfico. El problema es que el resultado de un control de drogas en carretera puede dar un vuelco inesperado a nuestra vida, un escenario que nadie contempla al tomar un simple antigripal, y que puede acarrear consecuencias legales y económicas muy serias. Esta situación, cada vez más frecuente en las carreteras españolas, sitúa a cientos de conductores en una posición de indefensión y sorpresa mayúscula, enfrentándose a sanciones por un positivo que no se corresponde con el consumo de ninguna sustancia ilegal.

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La paradoja es que estos conductores son, en su mayoría, ciudadanos responsables que jamás consumirían estupefacientes antes de ponerse al volante. La clave de este embrollo reside en la estructura molecular de ciertos fármacos completamente legales y de venta habitual. Existe una notable similitud química entre sus componentes y las sustancias ilegales que buscan los test, una coincidencia molecular que los reactivos no siempre logran diferenciar, generando una alarma donde no debería existir. Comprender qué fármacos pueden desencadenar esta reacción y cómo actuar si nos ocurre es fundamental para evitar que un tratamiento médico se transforme en una pesadilla legal de consecuencias imprevisibles.

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¿UN SIMPLE RESFRIADO? CUIDADO, PUEDE COSTARTE UNA MULTA

En la lista de sospechosos habituales figuran muchos de los medicamentos más vendidos en las farmacias para combatir los síntomas del resfriado y la gripe. Fármacos que contienen dextrometorfano, un antitusígeno muy común, pueden dar un falso positivo en opiáceos o fenciclidina (PCP), algo impensable para quien solo busca aliviar la tos. Del mismo modo, la pseudoefedrina, presente en muchos descongestionantes nasales para aliviar la congestión, tiene una estructura química tan similar a las anfetaminas que puede hacer saltar las alarmas del drogotest, situando al conductor en el punto de mira por una sustancia que jamás ha consumido de forma ilegal. Estos son, quizás, los casos más frecuentes y desconcertantes.

Otro grupo de riesgo lo conforman los antihistamínicos utilizados para tratar las alergias estacionales o las reacciones cutáneas. Compuestos como la difenhidramina, no solo provocan somnolencia y afectan a la capacidad de conducción, algo sobre lo que sí se suele advertir, sino que también han sido asociados a falsos positivos por metadona, un vínculo sorprendente que convierte el alivio de una alergia en un potencial problema legal. Incluso ciertos medicamentos para el mareo, como la prometazina, pueden generar resultados erróneos en los test de anfetaminas, ampliando el abanico de fármacos que, sin pretenderlo, pueden meternos en un serio aprieto en cualquier control rutinario de la Guardia Civil.

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