La maniobra que podría acarrear una inesperada multa es una de las más comunes y, paradójicamente, una de las peor entendidas en las carreteras secundarias españolas: ese gesto de apartarse al arcén para facilitar que un vehículo más rápido nos adelante. Es un acto que la mayoría de conductores considera una muestra de cortesía, de civismo al volante, una especie de código no escrito para agilizar el tráfico en vías de un solo carril por sentido. Sin embargo, esta costumbre tan arraigada es una peligrosa trampa en la que el conductor bienintencionado se convierte, a ojos de la ley, en el único infractor, una realidad que choca de frente con la lógica popular y que puede terminar con una sanción económica y la perplejidad de quien solo pretendía ayudar.
Este malentendido generalizado pone de manifiesto el profundo desconocimiento de ciertos artículos clave del Reglamento General de Circulación. La sorpresa es mayúscula cuando el conductor que se ha apartado recibe una notificación en su domicilio, ya que la creencia popular asume que, en todo caso, la responsabilidad recaería sobre quien adelanta. Pero la normativa es tajante y no deja lugar a interpretaciones. Desmontar esta falsa creencia no es solo una cuestión de evitar una multa innecesaria, sino que es un asunto fundamental de seguridad vial que implica comprender por qué una acción aparentemente solidaria, está catalogada como una infracción grave que pone en riesgo a todos los usuarios de la vía.
4SOLO PARA EMERGENCIAS: CUÁNDO SÍ (Y CUÁNDO NO) PUEDES PISAR LA LÍNEA

Para que no quede ninguna duda, es fundamental diferenciar claramente los usos permitidos del arcén de los prohibidos. La ley contempla que un vehículo debe detenerse en el arcén derecho si sufre una avería o una emergencia que le impida continuar la marcha con seguridad. En este caso, es obligatorio señalizar la detención con las luces de emergencia y los triángulos de preseñalización o la luz V-16. Asimismo, como ya se ha mencionado, los ciclistas y conductores de ciclomotores deben circular por el arcén si existe y es practicable. Estos son los usos legítimos que la norma protege y que contrastan radicalmente con la invasión temporal para dejar pasar a otro coche, una acción que siempre conllevará el riesgo de multa.
Por otro lado, existe una excepción muy concreta que a veces genera confusión. Los vehículos que, por razones de emergencia, circulen a una velocidad anormalmente reducida perturbando gravemente la circulación, deberán usar el arcén. Pero esto se refiere a una situación de avería inminente, no a una decisión voluntaria para ceder el paso. La clave es entender que el arcén es un elemento de seguridad, no de fluidez del tráfico. Cualquier improvisación, como indicar con el intermitente derecho que te vas a apartar, no legaliza la maniobra y puede incluso generar más confusión en el resto de conductores, sin eximirnos en ningún caso de la posible multa.