La ‘multa en diferido’ se ha convertido en la nueva pesadilla para miles de conductores que circulan por las autovías españolas equipadas con peajes de tipo ‘free flow’ o sin barreras. Estos sistemas, diseñados para agilizar el tráfico y eliminar las detenciones, operan con una tecnología que puede pasar desapercibida para el usuario no habitual, generando una falsa sensación de gratuidad. El problema surge cuando, pasados los meses, llega una notificación a nuestro buzón que nos pilla completamente por sorpresa, una nueva modalidad de sanción que llega meses después, cuando el recuerdo del viaje se ha desvanecido por completo, transformando la comodidad inicial en una auténtica jaqueca financiera y administrativa.
Lo que muchos desconocen es que tras pasar bajo uno de estos arcos tecnológicos se activa una cuenta atrás. El conductor dispone de un plazo muy limitado, a menudo de apenas unos días, para realizar el pago de forma voluntaria a través de internet. Si este trámite se omite, ya sea por despiste, desconocimiento o por simple confianza en que no se debía nada, la concesionaria de la autopista pone en marcha un engranaje burocrático implacable. Así, el problema reside en el procedimiento, un sistema opaco para el conductor de a pie que convierte un pequeño olvido en una sanción con recargos desorbitados, iniciando un proceso que culmina con una multa que puede llegar a ser diez veces superior al importe original del peaje.
4CÓMO EVITAR LA SORPRESA: GUÍA DE SUPERVIVENCIA PARA PEAJES ‘FREE FLOW’

La prevención es, sin duda, la mejor herramienta para no caer en la trampa de la ‘multa en diferido’. La solución más eficaz y que ofrece una tranquilidad total es la instalación de un dispositivo de pago electrónico. De esta manera, la forma más segura y sencilla de evitar cualquier tipo de problema es disponer de un dispositivo de telepeaje, conocido comúnmente como Via-T, que automatiza el pago de forma instantánea y elimina cualquier riesgo de olvido. Estos aparatos, ofrecidos por la mayoría de entidades bancarias y empresas especializadas, tienen un coste de mantenimiento bajo y son válidos para toda la red de peajes de España y otros países europeos, convirtiéndose en una inversión inteligente para cualquier conductor, incluso para los ocasionales.
Para aquellos que no dispongan de este dispositivo y se encuentren con la necesidad de pasar por un peaje ‘free flow’, la clave es la proactividad y la memoria. Es fundamental entrar en la web de la concesionaria de la autopista en las horas o días posteriores al tránsito, buscar la sección de pago de peajes e introducir la matrícula para saldar la deuda antes de que se inicie el temido procedimiento sancionador. Algunas concesionarias ofrecen también la posibilidad de registrar la matrícula y asociarla a una tarjeta de crédito, automatizando el cobro sin necesidad del dispositivo físico. Ignorar el paso por el pórtico y confiar en la suerte es la receta perfecta para recibir una dolorosa multa meses más tarde.