martes, 29 julio 2025

El pueblo español donde nadie cierra las puertas de su casa, y te espera en agosto

Hay un pueblo en la comarca de La Vera, Cáceres, donde el concepto de seguridad se vive de una forma que resulta casi anacrónica para el urbanita del siglo XXI. En Villanueva de la Vera, la costumbre dicta que las puertas no se cierran con llave y que la confianza es el cerrojo más eficaz contra cualquier tipo de maldad. Esta arraigada tradición, que se remonta a tiempos en los que la comunidad era la principal red de apoyo, pervive hoy como un testimonio asombroso de una forma de vida en la que el miedo no tiene cabida, donde la tranquilidad no es una aspiración sino una realidad cotidiana y palpable en cada rincón. Esta singularidad convierte a la localidad en un caso de estudio sobre la convivencia y el respeto mutuo.

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Imaginar una jornada sin la preocupación de echar la llave al salir, sin el sobresalto de un ruido extraño en la noche o sin la necesidad de instalar alarmas, parece una utopía en la España actual. Sin embargo, los habitantes de este enclave extremeño hacen gala de esta normalidad pasmosa. No se trata de un descuido colectivo, sino de una filosofía de vida heredada, una manifestación de lazos comunitarios tan fuertes que el control social informal supera con creces a cualquier sistema de vigilancia formal. Esta atmósfera de confianza absoluta intriga y fascina a partes iguales, planteando la pregunta de si un modelo así podría, de alguna manera, replicarse en otros lugares.

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MÁS ALLÁ DE LAS PUERTAS ABIERTAS: LOS SECRETOS DE VILLANUEVA

Fuente: Freepik

Reducir Villanueva de la Vera a su singular costumbre sería injusto, pues este pueblo es un tesoro en muchos otros aspectos. Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1982, su arquitectura popular es un espectáculo visual. Las calles estrechas y sinuosas, con sus características regueras para canalizar el agua, invitan a perderse, descubriendo a cada paso casas con entramados de madera, balcones floridos y plazas con un encanto detenido en el tiempo. Pasear por su casco antiguo es como viajar a una época en la que la vida se regía por otros ritmos, una experiencia que cautiva a todo aquel que la visita y que explica el profundo arraigo de sus gentes.

El entorno natural que abraza la localidad es otro de sus grandes atractivos. Ubicada en un lugar estratégico al sur de la Sierra de Gredos, Villanueva está rodeada de una naturaleza exuberante. Las gargantas de Gualtamino y Minchones ofrecen espectaculares cascadas y pozas de aguas cristalinas que son un refugio perfecto durante los meses de verano. Este contacto directo con un paisaje tan privilegiado, conforma un estilo de vida saludable y conectado a la tierra que complementa a la perfección la paz social que se respira en sus calles. La belleza del entorno y la del entramado urbano se funden para crear un lugar verdaderamente excepcional.

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