jueves, 31 julio 2025

La regla de los «dos dedos», el consejo de los dermatólogos para aplicar el protector solar

La insistencia de los dermatólogos en la fotoprotección diaria ha calado en la sociedad, pero un velo de frustración sigue ensombreciendo los resultados de muchos. A pesar de invertir en cremas con factores de protección elevados y de aplicarlas con una disciplina casi marcial, las quemaduras solares, las manchas incipientes y esa sensación de piel agredida tras un día al aire libre siguen siendo una realidad desconcertante para una gran parte de la población. La clave, sin embargo, no reside en la calidad del producto, sino en un error de cálculo casi universal que invalida sus propiedades y que, por suerte, tiene una solución tan sencilla como visual.

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El gesto de extender la crema solar por el rostro cada mañana se ha convertido en un ritual de autocuidado para millones de personas que buscan preservar la salud y la juventud de su piel. Sin embargo, la gran mayoría lo hace de forma incorrecta, aplicando una cantidad tan insuficiente que el Factor de Protección Solar (FPS) indicado en el envase se reduce drásticamente, dejando la piel expuesta a los efectos nocivos de la radiación ultravioleta sin saberlo. Esta brecha entre la intención y el resultado genera una falsa sensación de seguridad que puede tener consecuencias a largo plazo, un problema que una simple regla mnemotécnica, avalada por expertos, promete resolver de una vez por todas, cambiando para siempre nuestra relación con el sol.

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DERRIBANDO MITOS SOLARES: LO QUE LOS DERMATÓLOGOS QUIEREN QUE SEPAS

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Uno de los mitos más extendidos y peligrosos es la creencia de que en los días nublados no es necesario usar protector solar. La realidad es que hasta el 80% de la radiación ultravioleta es capaz de atravesar las nubes, por lo que el riesgo de daño cutáneo sigue siendo muy elevado. Los rayos UVA, responsables del envejecimiento y con un papel importante en el cáncer de piel, son constantes durante todo el año, haciendo que la fotoprotección diaria sea un gesto innegociable independientemente del tiempo que haga. Confiar en la sombra de las nubes es uno de los errores más comunes que los dermatólogos intentan desterrar de la conciencia colectiva.

Otro error frecuente es confiar ciegamente en el maquillaje que incluye FPS como única fuente de protección. Si bien es un complemento útil, la cantidad de base de maquillaje o de crema con color que una persona se aplica es ínfima en comparación con los dos miligramos por centímetro cuadrado necesarios para alcanzar la protección indicada. Para obtener el FPS 30 que promete una base, sería necesario aplicar una cantidad de producto tan grande que el resultado cosmético sería inaceptable. Por ello, los dermatólogos aconsejan aplicar siempre un fotoprotector específico como primer paso, y considerar el SPF del maquillaje como un refuerzo adicional, pero nunca como el escudo principal.

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