Las patatas gratinadas son un plato clásico, exquisito, que nunca falla y que todos aman. Tiene una combinación de cremosidad y sabor que las hacen irresistibles y que además, las convierten en una opción perfecta tanto para usar como acompañamiento como para usar de plato principal. Categorizadas entre lo sencillo y lo elegante, estas patatas han ganado fama por ser fáciles de hacer y absolutamente deliciosas.
No es casualidad que las patatas gratinadas aparezcan en menús familiares, cenas especiales o comidas de domingo. Con algunos ingredientes básicos y un horno como principal aliado, esta receta logra sacar el máximo partido de un tubérculo tan humilde como versátil. Aquí te enseñaremos una versión que, sin ser complicada, sorprende por su sabor y textura, y definitivamente, una vez que la pruebes, será muy difícil no querer repetirla una y otra vez.
3Un clásico infalible en la cocina

Unas buenas patatas gratinadas como las que se obtienen de seguir el paso a paso de esta receta, no necesitan acompañantes sofisticados para brillar, ellas por sí solas hacen todo el trabajo. O si decides acompañarlas con algo, combinan a la perfección con una ensalada verde o un filete a la plancha. Su textura cremosa, el aroma que desprenden al salir del horno y ese dorado irresistible en la superficie hacen que cada bocado sea magia pura en tu paladar.
Una vez que logres dominar los tiempos y las proporciones, puedes hacer pequeños cambios en la receta y adaptarlas a tu gusto, ya sea añadiendo cebolla caramelizada entre capas, incorporando beicon crujiente o, incluso, cambiando el tipo de queso para variar el resultado. Pero incluso en su versión más simple, estas patatas gratinadas son una receta infalible, que no puedes dejar de hacer.