La reina Sofía no ha dejado de ser el centro de atención en algunos titulares en el transcurso de los últimos años, y esta vez ha vuelto ha convertirse en foco debido a sus veranos en Mallorca. Sofía ha sido una figura constante y querida en el lugar desde que el palacio de Marivent se convirtió en residencia estival de la Familia Real en 1973, pero este año fue diferente, y su ausencia ha generado un silencio inesperado en los jardines del palacio con vistas a la bahía de Palma.
Muchos se preguntan qué ha pasado con una de las figuras más constantes de la vida real española durante el periodo estival, y la respuesta, lejos de estar relacionada con la vida pública, es más bien una cuestión personal y familiar. La reina Sofía ha preferido quedarse en Madrid para cuidar a su hermana Irene de Grecia, quien atraviesa un momento delicado de salud. De esta forma, la emérita ha optado por priorizar el bienestar de su inseparable compañera de vida.
1La reina Sofía ha decido priorizar su papel de hermana
Esta decisión de la reina Sofía ha reflejado su lado más íntimo, y ha demostrado que su relación con Irene va mucho más allá de los lazos de sangre; han sido cómplices y compañeras de vida, que se han apoyado incondicionalmente a lo largo de los años tanto en la vida personal como en la institucional. Cada verano, ambas solían ser las primeras en llegar a Marivent, disfrutando juntas de la calma mediterránea lejos del bullicio madrileño. Pero este año, debido a la poca mejoría de Irene, todo ha cambiado.
Según fuente cercanas, Irene de Grecia requiere asistencia constante por la enfermedad del olvido, lo que ha hecho que la reina Sofía tome la decisión de permanecer en Zarzuela para no dejarla sola. Sofía ha dejado entrever los valores familiares que siempre han guiado su conducta al priorizar la compañía, el cuidado y la serenidad de su hermana antes que otra cosa, incluso por encima del protocolo o la costumbre.
