sábado, 2 agosto 2025

El engaño de los ‘microseguros’ de móvil: Por qué pagan solo el 8% de las reclamaciones

El ‘microseguro’ de móvil que te ofrecen al comprar un nuevo terminal se ha convertido en una de las trampas más extendidas y frustrantes para los consumidores españoles. Se presenta como una solución inteligente y económica, una pequeña cuota mensual para proteger una inversión que a menudo supera los mil euros. La promesa es seductora: tranquilidad frente a roturas, robos o daños accidentales. Sin embargo, la cruda realidad que se esconde detrás de estas pólizas de bajo coste es un entramado de cláusulas opacas y exclusiones diseñadas para una sola cosa: no pagar. Un engaño masivo que ahora queda expuesto con cifras oficiales.

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La magnitud del problema ha sido destapada por un demoledor informe de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). Los datos son tan claros que no dejan lugar a la interpretación: estas aseguradoras rechazan el 92% de las reclamaciones presentadas por sus clientes. Es una cifra escandalosa que confirma lo que miles de usuarios ya sospechaban por experiencia propia. No se trata de casos aislados ni de mala suerte, sino de un modelo de negocio que se lucra vendiendo una falsa sensación de seguridad, dejando al consumidor desamparado en el momento de la verdad, justo cuando más necesita la cobertura por la que ha pagado.

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CEBO Y ANZUELO: ASÍ FUNCIONA LA TRAMPA DEL MICROSEGURO

Fuente: Freepik

El funcionamiento de este engaño se basa en un modelo de negocio muy simple pero tremendamente efectivo. Se trata de vender miles y miles de pólizas a un precio muy bajo, sabiendo de antemano que el porcentaje de siniestros que se abonarán será ínfimo. Es un negocio que no se fundamenta en la mutualización del riesgo, que es la esencia de cualquier seguro, sino en un diseño contractual deliberadamente opaco, donde el bajo precio actúa como el cebo perfecto para atraer a una masa crítica de clientes que, en su mayoría, nunca leerán la letra pequeña del contrato.

La estrategia explota una necesidad psicológica muy humana: el miedo a la pérdida. El valor económico y personal que le damos a nuestro móvil es tan elevado que la idea de que pueda estropearse o ser robado nos genera una gran ansiedad. Estos microseguros venden precisamente eso, un alivio a esa ansiedad por un coste mensual que parece irrisorio. Ofrecen una sensación de seguridad que en realidad es una ilusión, una estrategia que aprovecha el miedo a un desembolso elevado para reparar o sustituir el terminal sin ofrecer una contraprestación real a cambio, ya que las barreras para cobrar son casi insalvables.

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