El ‘microseguro’ de móvil que te ofrecen al comprar un nuevo terminal se ha convertido en una de las trampas más extendidas y frustrantes para los consumidores españoles. Se presenta como una solución inteligente y económica, una pequeña cuota mensual para proteger una inversión que a menudo supera los mil euros. La promesa es seductora: tranquilidad frente a roturas, robos o daños accidentales. Sin embargo, la cruda realidad que se esconde detrás de estas pólizas de bajo coste es un entramado de cláusulas opacas y exclusiones diseñadas para una sola cosa: no pagar. Un engaño masivo que ahora queda expuesto con cifras oficiales.
La magnitud del problema ha sido destapada por un demoledor informe de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). Los datos son tan claros que no dejan lugar a la interpretación: estas aseguradoras rechazan el 92% de las reclamaciones presentadas por sus clientes. Es una cifra escandalosa que confirma lo que miles de usuarios ya sospechaban por experiencia propia. No se trata de casos aislados ni de mala suerte, sino de un modelo de negocio que se lucra vendiendo una falsa sensación de seguridad, dejando al consumidor desamparado en el momento de la verdad, justo cuando más necesita la cobertura por la que ha pagado.
5PROTEGER TU MÓVIL SIN CAER EN EL ENGAÑO: ALTERNATIVAS REALES

Ante este panorama desolador, la pregunta es evidente: ¿cómo proteger nuestro móvil de forma segura? La primera opción es informarse sobre las coberturas que ofrecen los propios fabricantes, como los conocidos planes de Apple o Samsung. Suelen ser más caras, sí, pero sus condiciones son infinitamente más claras y su tasa de cumplimiento es altísima. Otra alternativa es acudir a compañías aseguradoras tradicionales y de prestigio, que aunque no se especialicen en dispositivos, a menudo ofrecen pólizas de aparatos electrónicos con coberturas reales y sin cláusulas sorpresa.
También es muy recomendable consultar si nuestro seguro de hogar incluye la cobertura de robo fuera de la vivienda o incluso daños accidentales a dispositivos electrónicos, ya que algunas pólizas modernas lo contemplan. La clave, en cualquier caso, es desconfiar de las ofertas que parecen demasiado buenas para ser verdad y leer siempre, sin excepción, el contrato completo antes de firmar. En definitiva, la mejor protección es siempre la información, un consumidor informado es mucho menos vulnerable a este tipo de prácticas abusivas que pervierten la propia naturaleza del seguro y juegan con la confianza de la gente.