Hidratarte es una de las acciones más simples y muchas veces pocas valoradas, pero que en realidad es esencial para mantener la salud y el bienestar a lo largo del día. Sin embargo, muchas personas cometen algunos errores al hacerlo, creyendo que basta con tomar un par de vasos de agua de vez en cuando, y no es así. Lo malo es que una hidratación incorrecta puede pasar desapercibida y la verdad es que sus efectos impactan directamente en tu nivel de energía, concentración y rendimiento físico.
Aunque parezca contradictorio, hidratarte mal puede generar diferentes síntomas como fatiga, dolor de cabeza, somnolencia y falta de motivación incluso desde las primeras horas de la mañana, y no se trata solo de la cantidad de agua que consumes, sino también de cuándo, cómo y con qué otros factores la estás combinando. Por eso, si últimamente te sientes sin fuerza a lo largo del día, tal vez el problema no sea lo que comes, sino cómo te estás hidratando.
2Hidratarte solo con agua no siempre es suficiente

Aunque el agua pura es la base de una buena hidratación, no es lo único que el cuerpo necesita para funcionar de forma óptima. Hidratarte correctamente también implica reponer minerales esenciales como el sodio, el potasio y el magnesio, sobre todo si has estado expuesto al calor, has hecho ejercicio o has tenido una jornada estresante, y en estos casos, una simple botella de agua puede no ser suficiente.
Por eso, una buena estrategia de hidratación puede incluir también infusiones naturales, aguas con limón o incluso bebidas caseras con un toque de sal marina y fruta, que son las que recomiendan, incluso, los deportistas. Hidratarte con variedad de bebidas ayuda a que el cuerpo absorba los líquidos de manera más eficiente, evitando esa sensación de agotamiento que aparece cuando el organismo empieza a descompensarse.