domingo, 3 agosto 2025

Este es el error al cambiar neumáticos que anula tu seguro a terceros

El error más común al cambiar los neumáticos de nuestro coche, una tarea aparentemente rutinaria y sin mayor trascendencia, puede desembocar en una de las peores pesadillas para cualquier conductor: la anulación completa de la cobertura del seguro en caso de siniestro. La clave de este grave problema reside en una decisión que muchos toman a la ligera, ya sea por estética, por una recomendación poco profesional o por un simple desconocimiento de la normativa vigente. Montar unas gomas con medidas diferentes a las homologadas específicamente para nuestro vehículo en su ficha técnica, un detalle que la mayoría de los conductores pasa por alto, puede convertir una simple decisión de mantenimiento en una pesadilla financiera y legal de consecuencias devastadoras e imprevisibles.

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Esta situación pone de manifiesto una peligrosa desconexión entre las modificaciones que los usuarios realizan en sus vehículos y la comprensión de las implicaciones legales y técnicas que estas conllevan. Muchos conductores se aventuran a cambiar las dimensiones de sus ruedas, creyendo que una apariencia más deportiva o un supuesto mejor agarre justifica cualquier modificación, sin ser conscientes de que están alterando un componente de seguridad fundamental. El vehículo deja de ser, a ojos de la ley y de la aseguradora, el mismo para el que se expidió una póliza y se certificó su aptitud para circular, abriendo la puerta a un laberinto de problemas que va mucho más allá de una simple multa de tráfico.

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LA FÍSICA NO PERDONA: LOS PELIGROS REALES DE UNOS NEUMÁTICOS INADECUADOS

Fuente: Freepik

Al margen de las consecuencias legales y económicas, la razón de ser de esta estricta normativa reside en la pura física y en la seguridad activa del vehículo. Los ingenieros que diseñan un coche invierten miles de horas en calibrar suspensiones, frenos y sistemas electrónicos de ayuda a la conducción (como el ABS o el ESP) en función de unas dimensiones de rueda muy concretas. Al modificar estas medidas, ya que el comportamiento del vehículo para el que fue diseñado y probado se ve seriamente comprometido, alterando el delicado equilibrio de sus sistemas de seguridad. Unos neumáticos más anchos o de diferente perfil pueden alargar la distancia de frenado, empeorar la evacuación de agua y aumentar el riesgo de aquaplaning.

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Además de los peligros dinámicos, el montaje de unos neumáticos no equivalentes puede acarrear problemas mecánicos a medio y largo plazo que afectarán a la fiabilidad y a nuestro bolsillo. Una rueda de dimensiones incorrectas puede alterar los desarrollos de la transmisión, falsear la lectura del velocímetro y, lo que es más grave, ejercer tensiones indebidas sobre otros componentes. Este sobreesfuerzo constante acaba pasando factura, provocando un desgaste irregular y prematuro no solo de la goma, sino también de componentes mecánicos vitales como la suspensión, los bujes o los rodamientos de las ruedas. El aparente ahorro o la mejora estética inicial se transforma así en una fuente de averías costosas y totalmente evitables.

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