La crema de calabacín es uno de esos platos que combinan sencillez, sabor y beneficios para la salud, y que además conquista con su textura suave y su versatilidad, características que la han convertido en una receta imprescindible tanto en menús familiares como en propuestas de restauración saludable. Además, es una excelente forma de incorporar verduras a la dieta, aprovechando todas sus propiedades sin renunciar al placer de un plato reconfortante.
Perfecta para cualquier época del año, la crema de calabacín puede servirse caliente en los días fríos o templada durante el verano. Su bajo aporte calórico y su alto contenido en fibra, vitaminas y minerales hacen que sea ideal para quienes buscan cuidar su alimentación sin complicarse demasiado en la cocina. Prepararla en casa no solo permite controlar los ingredientes, sino también ajustar el sabor y la textura al gusto de cada comensal.
1Ingredientes para hacer una crema de calabacín exquisita
Para elaborar la crema de calabacín más suave y saludable, vas a necesitar una base sencilla pero de calidad. Lo esencial de que tengas tres calabacines medianos, bien lavados y cortados en rodajas, ya que se recomienda conservar la piel para mantener la fibra y los nutrientes. A esto debes añadir una cebolla mediana, dos dientes de ajo, una patata pequeña para dar cuerpo, y caldo de verduras sin sal añadida.
Opcionalmente, también puedes incorporar un chorrito de aceite de oliva virgen extra para potenciar el sabor y un toque de pimienta o nuez moscada para aromatizar. La crema de calabacín también admite variaciones saludables en las que puedes, por ejemplo, sustituir la patata por calabaza o zanahoria para obtener matices más dulces. El truco está en no sobrecargarla con grasas o lácteos, de manera que se mantenga ligera y nutritiva.
