domingo, 3 agosto 2025

El PP Nacional comienza a tomarse en serio el órdago de Camps: «Hay que darle algo»

Francisco Camps sabe cómo jugar sus cartas, y su regreso a la escena política, con la intención de hacerse con la presidencia del Partido Popular de la Comunidad Valenciana, no es una jugada casual. En sus últimas intervenciones, el exjefe del Consell ha dejado claro que su objetivo no es solo retomar las riendas del PP valenciano, sino también dar un golpe de efecto a la política levantina.

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Camps, conocido por su capacidad de manejar los hilos a su favor, ha tomado una postura crítica tanto hacia el actual presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, como hacia la dirección nacional del PP, que ha intentado frenar su regreso.

Esta tensión entre el ámbito local y la cúpula nacional se hace evidente cuando, en su último mitin, el exlíder autonómico no solo alabó la labor de Mazón, sino que a la vez dejó entrever que la capacidad de gestión del presidente de la Generalitat es limitada.

La alabanza de Camps a Mazón, sin embargo, no se hizo sin una dosis de sutil competencia: enfatizó que para lograr la recuperación del PP en la Comunitat Valenciana y conseguir una mayoría absoluta, la pieza clave era él.

GANAR O ARRASAR

Su mensaje a la dirección de Génova no pudo ser más claro: el PP en la Comunidad Valenciana no solo tiene la capacidad de ganar, sino de arrasar en las urnas, algo que, según Camps, también beneficiaría al partido a nivel nacional.

Este énfasis en las victorias pasadas del PP valenciano, cuando Camps estuvo al frente, y su insistencia en que la ‘victoria absoluta’ es posible bajo su liderazgo, responde a una estrategia de reivindicación personal y partidaria.

A pesar de que su mandato estuvo marcado por una serie de escándalos de corrupción que aún persiguen a varios de sus antiguos colaboradores, Camps se presenta como la pieza que garantizaría para la recuperación total del PP en la Comunidad Valenciana.

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En su regreso, Camps ha procurado rodearse de figuras que, a diferencia de la vieja guardia de su época, aparentan ser una mezcla de caras conocidas y nuevas. Su equipo está formado por nombres que siguen siendo polémicos, como Sonia Castedo, la exalcaldesa de Alicante. Y los broncos Carlos Fabra y Alfonso Rus.

Es difícil no ver en todo este movimiento de Camps una jugada estratégica para forzar a la dirección nacional del PP a hacerle hueco en la arena política. La constante referencia a la necesidad de dinamización del partido, la reapertura de sedes y la cercanía con los militantes parece estar dirigida, más que a movilizar a la base, a subrayar la desconexión que él percibe entre la cúpula del partido y la realidad en las calles de la Comunidad Valenciana.

Camps Moncloa
Francisco Camps. Foto: Europa Press.

Y, en cuanto a la dirección nacional del PP, los roces con Miguel Tellado son palpables. La advertencia del secretario general del partido de que no se convocará un congreso regional en los próximos meses parece haber sido un intento de frenar las aspiraciones de Camps. Sin embargo, el exlíder autonómico ya ha dejado claro que el congreso se celebrará cuando él lo decida, sin importar las órdenes provenientes de Madrid.

El desafío a la dirección nacional no solo pone en evidencia las tensiones internas del PP, sino que también resalta la falta de cohesión y liderazgo claro dentro de la formación.

«HAY QUE DARLE ALGO»

La capacidad de movilización de Camps inquieta en Génova 13. «Hay que darle algo», admiten en la dirección nacional del PP. Mientras tanto, el expresident mantiene su órdago para incomodidad del carbonizado Carlos Mazón, que intenta restaurarse a nivel político tras la gestión de la crisis de la dana.

La ironía de la situación radica en que, a pesar de los problemas de corrupción que aún acechan al PP valenciano, Camps se presenta como el hombre que puede devolverle al partido sus días de gloria. Los escándalos, las condenas, y la pérdida de confianza en algunos de sus excolaboradores más cercanos, no parecen ser suficientes para frenar su ambición ni su confianza en que la fórmula que él propone es la única capaz de recuperar la victoria electoral.

Por otro lado, el hecho de que Camps no se esté presentando como candidato a la Generalitat, sino como líder del partido, añade otra capa de complejidad a su estrategia. Parece que está consciente de que el actual clima político podría no ser el más favorable para un regreso a la presidencia de la Generalitat, pero su apuesta por la presidencia del PP valenciano es, en muchos sentidos, el primer paso para lograrlo.

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