El famoso impuesto al sol ha vuelto de una forma mucho más sigilosa y, probablemente, sin que te hayas percatado de ello en tu factura mensual. Muchos usuarios de autoconsumo, creyendo haber dejado atrás las polémicas tasas sobre la generación propia de energía, empiezan a descubrir con asombro que sus facturas no reflejan el ahorro prometido cuando decidieron apostar por la sostenibilidad y la eficiencia energética. Este desconcierto inicial da paso a una cruda realidad: aunque el marco legal ha cambiado, la picaresca de algunas empresas ha encontrado nuevas vías para seguir gravando, de facto, la producción eléctrica particular, poniendo en jaque la rentabilidad de miles de instalaciones fotovoltaicas en toda España.
Lo que estamos presenciando no es una resurrección del antiguo y denostado peaje de respaldo, sino más bien una reencarnación adaptada a los nuevos tiempos. Se trata de un mecanismo encubierto que se esconde en la letra pequeña de los contratos de suministro. Mediante una serie de cargos y peajes, disfrazados bajo eufemismos como ‘costes de gestión’ o ‘peajes por excedentes’, que merman la rentabilidad de las placas solares, las compañías eléctricas han logrado crear una especie de impuesto al sol 2.0. Una estrategia que afecta directamente a la energía que produces pero no consumes instantáneamente, ese excedente que viertes a la red con la esperanza de obtener una compensación justa que nunca llega en su totalidad.
5AUTOCONSUMO A PESAR DE TODO: ¿SIGUE SIENDO RENTABLE LA ENERGÍA SOLAR?

A pesar de la existencia de estas tácticas que recuerdan al denostado impuesto al sol, la respuesta corta es que sí, el autoconsumo fotovoltaico sigue siendo una inversión muy rentable y recomendable en España. Nuestro país goza de unos niveles de radiación solar privilegiados que, unidos a la drástica bajada de precios de los paneles solares en la última década, aseguran que la amortización de la instalación se produzca en un plazo razonable, generalmente inferior a los diez años. Lo crucial es no dejarse engañar y hacer los cálculos con la información correcta.
El desafío actual para el consumidor no es tanto la tecnología o el clima, sino el laberinto administrativo y comercial del sector eléctrico. La clave del éxito reside en una elección informada de la comercializadora y en una correcta dimensionamiento de la instalación para maximizar el autoconsumo instantáneo y minimizar los excedentes. Aunque la sombra del impuesto al sol intente planear de nuevo sobre nuestros tejados, un consumidor bien informado y proactivo puede sortear estos obstáculos y disfrutar plenamente de las ventajas económicas y medioambientales de generar su propia energía limpia, contribuyendo a un futuro más sostenible a pesar de las trabas.