martes, 5 agosto 2025

El derecho a devolver un producto comprado en una feria: lo que la ley dice y cómo ejercerlo

La posibilidad de devolver un producto comprado en una feria es una de esas cuestiones que generan un mar de dudas entre los consumidores. Todos nos hemos visto alguna vez paseando por un mercado de artesanía, una feria de muestras o un evento similar, donde la atmósfera festiva y la persuasión del vendedor nos llevan a realizar una compra impulsiva. Sin embargo, al llegar a casa, la euforia inicial se desvanece y surge el arrepentimiento o simplemente la constatación de que el artículo no encaja con nuestras necesidades reales. Es en ese preciso instante cuando la pregunta clave resuena con fuerza, ¿puedo realmente anular esta compra y recuperar mi dinero? La respuesta, para sorpresa de muchos, es afirmativa y se encuentra sólidamente amparada por la legislación vigente que protege al consumidor.

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La normativa española, en concreto la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, es extraordinariamente clara al respecto, aunque su conocimiento no esté tan extendido como debería. Esta ley establece un mecanismo de protección fundamental conocido como el derecho de desistimiento, pensado precisamente para las compras realizadas fuera de un establecimiento mercantil permanente. El espíritu de la norma es proteger al ciudadano de las técnicas de venta más agresivas o de la falta de un entorno tranquilo para la reflexión, equilibrando la balanza entre el consumidor y el vendedor en un contexto de compra menos convencional. Comprender este derecho no solo nos empodera, sino que nos proporciona la tranquilidad de saber que una decisión apresurada tiene marcha atrás, sin necesidad de dar explicaciones ni de que el producto presente defecto alguno.

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EL PODER DE LOS 14 DÍAS: CÓMO EL DESISTIMIENTO TE RESPALDA EN LAS FERIAS

Fuente: Freepik

El concepto central que todo consumidor debe grabar a fuego es el plazo de 14 días naturales. Este es el tiempo que la ley concede para ejercer el derecho de desistimiento tras una compra en una feria, un mercadillo o incluso en una excursión organizada donde se promocionen productos. Este periodo no empieza a contar en el momento de la compra, sino desde el día en que se recibe físicamente el producto, un matiz de vital importancia, sobre todo si la entrega no es inmediata. La gran ventaja de este derecho es que no requiere justificación alguna; el simple hecho de haber cambiado de opinión es motivo suficiente para solicitar la anulación del contrato y, por ende, el reembolso completo del importe abonado. La decisión de devolver un producto en estas circunstancias es una potestad exclusiva del comprador.

Es fundamental entender que esta protección se aplica específicamente a las ventas celebradas fuera de los establecimientos comerciales permanentes. La ley considera que en estos entornos el consumidor puede estar más desprevenido o sometido a una mayor presión para comprar, sin la posibilidad de comparar tranquilamente o de reflexionar sobre la adquisición. Por ello, se le concede este «periodo de enfriamiento» para que pueda reevaluar su decisión en la calma de su hogar. Este derecho a devolver un producto, que cubre desde un robot de cocina comprado en un stand de un hotel hasta una colección de libros en una feria sectorial, es una herramienta potentísima que garantiza una compra más segura y consciente lejos de las tiendas tradicionales.

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