El precio de un producto en temporada de rebajas puede ser el mayor de los anzuelos, una promesa de ahorro que nos empuja a un frenesí consumista del que a menudo salimos con más bolsas que satisfacción real. Todos hemos sentido esa descarga de adrenalina al ver una etiqueta con un precio original tachado y una cifra mucho menor al lado, creyendo que hemos cazado la ganga del siglo. Sin embargo, detrás de muchas de estas ofertas aparentemente irresistibles se esconde una estrategia calculada y engañosa, una trampa diseñada para manipular nuestra percepción del valor y hacernos abrir la cartera sin cuestionar la veracidad del descuento.
Esta práctica, conocida en el argot del consumidor como la del «precio barrido», no es un simple error de etiquetado ni una casualidad desafortunada. Se trata de una táctica deliberada empleada por algunas tiendas, tanto físicas como en línea, que consiste en inflar artificialmente los precios justo antes de que comience el periodo de rebajas. De este modo, el descuento que se anuncia parece mucho más sustancial de lo que es en realidad, creando una ilusión de oportunidad que resulta difícil de ignorar. Organizaciones de consumidores como la OCU llevan años investigando y denunciando este fenómeno que pervierte el espíritu de las rebajas.
1EL ENGAÑO DEL PRECIO TACHADO: ASÍ FUNCIONA LA MAGIA NEGRA DE LAS FALSAS REBAJAS

La mecánica del engaño es tan sencilla como efectiva, y se apoya en nuestra tendencia a confiar en la información que nos presenta el vendedor. La estrategia consiste en tomar un artículo cuyo precio ha sido estable durante meses y aumentarlo de forma notable durante un breve periodo, generalmente unas pocas semanas antes del inicio oficial de una campaña de descuentos como las rebajas de enero o el Black Friday. Una vez que arranca la promoción, la tienda aplica el supuesto descuento sobre ese precio inflado y no sobre el precio real y habitual, mostrando una cifra tachada que nunca fue el valor de mercado consolidado del producto. Así, un descuento modesto se disfraza de una oportunidad única e irrepetible.
Para ilustrarlo con un ejemplo práctico, imaginemos un abrigo cuyo precio habitual durante todo el otoño ha sido de 150 euros. Un par de semanas antes de las rebajas de invierno, la tienda modifica la etiqueta y lo sube a 220 euros. Cuando llega el día señalado, se anuncia con una gran fanfarria una rebaja del 40 %, dejando el precio final en 132 euros. El cartel mostrará orgulloso un «Antes: 220 €, Ahora: 132 €», pero la realidad es que el ahorro sobre el precio real es de apenas 18 euros, no los 88 que se publicitan. La manipulación del precio de referencia es la clave de todo el ardid.