El riesgo de sufrir un ciberataque mientras disfrutas de un café se ha convertido en una amenaza tan real como invisible, acechando tras la aparente cortesía de una conexión WiFi gratuita. En la era digital, la necesidad de estar permanentemente conectados nos lleva a buscar estos puntos de acceso en bares, aeropuertos y hoteles como si fueran un oasis en el desierto. Sin embargo, esta comodidad esconde una peligrosa trampa. Los ciberdelincuentes, conscientes de nuestra dependencia, explotan esta necesidad para desplegar sus redes y capturar, en cuestión de minutos, una cantidad ingente de información personal y financiera, convirtiendo un acto cotidiano en una potencial pesadilla digital para el usuario desprevenido.
La confianza es, paradójicamente, nuestro mayor enemigo en este escenario digital. Damos por sentado que la red con el nombre del establecimiento es una extensión segura de su servicio, pero esta suposición es el cimiento sobre el que se construyen las estafas más efectivas. No se necesita ser un genio de la informática para ejecutar un ciberataque de este tipo; basta con un poco de ingenio y la apatía generalizada de los usuarios. La cruda realidad es que cualquiera, con un simple dispositivo móvil y un software accesible, puede clonar una red legítima y sentarse a esperar a que las víctimas muerdan el anzuelo, demostrando lo frágil que puede ser nuestra seguridad en el entorno público.
4SEÑALES DE ALERTA: CÓMO DETECTAR UNA RED FALSA

Afortunadamente, no estamos completamente indefensos ante esta amenaza; existen señales de alerta que pueden ayudarnos a identificar una red WiFi fraudulenta. Lo primero y más fundamental es prestar suma atención al nombre de la red (conocido como SSID). Los atacantes suelen crear nombres muy similares al legítimo, pero con ligeras variaciones: un guion en lugar de una barra baja, una letra cambiada o la adición de palabras como «Gratis» o «Invitados». Ante la duda, la mejor práctica es preguntar siempre a un empleado del establecimiento cuál es el nombre exacto de su red oficial y si requiere una contraseña.
Hay otras banderas rojas que deben hacernos sospechar. Por ejemplo, si un establecimiento que normalmente ofrece una red protegida con contraseña de repente tiene una opción completamente abierta, es motivo de desconfianza. Del mismo modo, si la conexión es inusualmente lenta, se corta y te redirige a una página de inicio de sesión (un portal cautivo) que parece poco profesional o te pide datos personales innecesarios, como tu correo o credenciales de redes sociales, estás probablemente ante un intento de ciberataque. Un portal de acceso legítimo rara vez pedirá información tan sensible, por lo que nunca debes introducir datos personales para conectarte a una WiFi pública.