miércoles, 6 agosto 2025

El botón que desactiva el seguimiento en Google Maps: lo esconden, pero existe

Google Maps se ha convertido en una herramienta indispensable en nuestro día a día, una extensión de nuestra propia memoria para movernos por el mundo. La usamos para encontrar la cafetería de moda, para evitar el atasco de la mañana o para planificar las vacaciones. Sin embargo, esta comodidad tiene un precio que a menudo pasamos por alto, ya que cada consulta, cada ruta y cada parada queda registrada. Se trata de un pacto silencioso que aceptamos a cambio de su servicio, una brújula digital que registra cada uno de nuestros movimientos con una precisión inquietante, creando un mapa detallado y permanente de nuestra existencia.

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Lo que muchos no saben es que, aunque Google no lo anuncie a los cuatro vientos, existe un mecanismo para poner fin a esta vigilancia constante. No se trata de un truco complejo ni de una aplicación de terceros, sino de un botón oficial, aunque deliberadamente escondido en los vericuetos de la configuración. Es la llave para recuperar una parte fundamental de nuestra privacidad, un interruptor que nos devuelve el poder sobre nuestra huella digital y nos permite decidir si queremos que el gigante tecnológico sea el cronista de nuestra vida. Descubrirlo y saber usarlo es un acto de soberanía personal en la era digital.

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LA SOMBRA DIGITAL: QUÉ SABE EXACTAMENTE GOOGLE MAPS DE TI

Fuente Pexels

Cada vez que abres la aplicación, Google Maps no solo te muestra el camino; también toma nota. El sistema no se limita a guardar las rutas que has buscado, sino que almacena un registro minucioso de cada tienda, bar, parque o casa que visitamos, incluyendo la hora de llegada y el tiempo que hemos permanecido allí. Este historial, conocido como «Tu cronología», es un diario increíblemente detallado que nosotros nunca hemos consentido escribir de forma explícita. Es, una memoria externa y perfecta de nuestra vida offline que se va construyendo sin que le prestemos atención, un gemelo digital de nuestros hábitos.

Esta ingente cantidad de datos es el oro del siglo XXI. La información que Google Maps recopila sirve para alimentar su poderoso motor publicitario, permitiéndole ofrecer anuncios hiperpersonalizados basados en nuestros patrones de comportamiento. Si visitas con frecuencia tiendas de bricolaje, es probable que veas publicidad de herramientas. De esta forma, nuestra vida se convierte en un producto con el que se comercia sin que seamos plenamente conscientes, y aunque la compañía asegura que los datos son para mejorar los servicios, la línea entre la utilidad y la intrusión es peligrosamente delgada.

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