Google Maps se ha convertido en una herramienta indispensable en nuestro día a día, una extensión de nuestra propia memoria para movernos por el mundo. La usamos para encontrar la cafetería de moda, para evitar el atasco de la mañana o para planificar las vacaciones. Sin embargo, esta comodidad tiene un precio que a menudo pasamos por alto, ya que cada consulta, cada ruta y cada parada queda registrada. Se trata de un pacto silencioso que aceptamos a cambio de su servicio, una brújula digital que registra cada uno de nuestros movimientos con una precisión inquietante, creando un mapa detallado y permanente de nuestra existencia.
Lo que muchos no saben es que, aunque Google no lo anuncie a los cuatro vientos, existe un mecanismo para poner fin a esta vigilancia constante. No se trata de un truco complejo ni de una aplicación de terceros, sino de un botón oficial, aunque deliberadamente escondido en los vericuetos de la configuración. Es la llave para recuperar una parte fundamental de nuestra privacidad, un interruptor que nos devuelve el poder sobre nuestra huella digital y nos permite decidir si queremos que el gigante tecnológico sea el cronista de nuestra vida. Descubrirlo y saber usarlo es un acto de soberanía personal en la era digital.
2EL BOTÓN ESCONDIDO: LA RUTA PARA DESACTIVAR EL SEGUIMIENTO

Afortunadamente, tomar el control es posible, aunque requiere navegar por un laberinto de menús diseñado para disuadir al usuario medio. El primer paso es abrir Google Maps en el móvil y pulsar sobre nuestra foto de perfil, situada en la esquina superior derecha. En el menú que se despliega, debemos seleccionar la opción «Tus datos en Maps». Esta sección es el centro de control de la privacidad, un apartado que la mayoría de usuarios nunca ha explorado, pero que contiene las herramientas esenciales para gestionar nuestra información personal dentro de la aplicación.
Una vez dentro de «Tus datos en Maps», veremos una tarjeta destacada llamada «Historial de Ubicaciones». Al pulsar sobre ella, el sistema nos llevará a una nueva pantalla con un gran botón azul que indica «Desactivar». Esta es la acción clave para detener la sangría de datos de cara al futuro. Al desactivarlo, Google Maps dejará de registrar los nuevos lugares que visitemos, aunque no eliminará el historial que ya ha acumulado. Es, el primer y más importante paso para cortar el flujo de información y evitar que nuestro mapa personal siga creciendo, una decisión fundamental para la privacidad.