sábado, 9 agosto 2025

El Gobierno arriesga la superioridad militar sobre Marruecos tras el veto a los F-35

A principios de esta semana desde el Gobierno de España han confirmado la idea que tiene el actual Ejecutivo de no adquirir los famosos aviones de combate estadounidense F-35. Una decisión que avoca a la Defensa española a apostar por la tecnología europea para cubrir ese hueco y poder contar de esta forma con aviones de combate de quinta generación.

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Y es que según fuentes militares consultadas desde MONCLOA.COM la decisión de no adquirir los aviones F-35 tiene importantes consecuencias para el Ejército español, especialmente para la Armada, y plantea desafíos estratégicos a largo plazo que necesitan de un plan B que cubra esas nuevas necesidades generadas ante la actual situación geopolítica en la que se encuentra inmersa España.

Que por un lado tiene la amenaza del frente oriental con Rusia como enemigo declarado y enfrentado a la Unión Europea tras la invasión de Ucrania. Mientras que por otro, tiene como principal reto la seguridad de su frontera Sur con el Sahel y la relación con el incómodo Marruecos.

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Imagen del desarrollo de la exhibición militar organizada por la Armada Española y la OTAN en alta mar, a 28 de marzo de 2025 en Barbate, Cádiz (Fuente: Agencias)

LA ARMADA PRINCIPAL AFECTADA

Según estas mismas fuentes la principal afectada de esta decisión en el ámbito militar sería la poderosa Armada española. Que para empezar acusaría la pérdida de capacidad de despegue vertical. Esta seria la consecuencia más inmediata y es crítica por la falta de un sustituto para los cazas Harrier AV-8B de la Armada, que se prevé que sean retirados en 2030.

Los Harrier son los únicos aviones de combate con capacidad de despegue vertical y aterrizaje corto (V/STOL) que pueden operar desde el buque de asalto anfibio Juan Carlos I. Al no comprar el F-35, que también posee esta capacidad, el buque Juan Carlos I solo podrá operar con helicópteros, perdiendo su ala fija de combate y, con ello, una capacidad estratégica esencial.

A esto habría que sumar el vacío estratégico que deja esta decisión en la Armada de al menos una década, ya que no existe una alternativa europea de despegue vertical que esté disponible en el corto o medio plazo.

Una decisión que afecta también al Ejercito del Aire por la brecha tecnológica que se abre. Aunque el Ejército del Aire tiene un plan de renovación con la compra de nuevos Eurofighter, la renuncia al F-35 significa que España se quedará sin un caza de quinta generación con capacidad furtiva («stealth») hasta la llegada del futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS) europeo, que no se espera que esté operativo antes de 2040.

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A estos se suma la dificultad para sustituir los F-18. El F-35B también se había considerado como una opción para sustituir a los F-18 del Ejército del Aire, cuya vida operativa se extiende hasta 2035. La ausencia de los F-35 deja a España sin la opción más avanzada tecnológicamente como puente hasta el FCAS.

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Imagen del desarrollo de la exhibición militar organizada por la Armada Española y la OTAN en la Playa del Retín (Fuente: Agencias)

DESAFIOS ESTRATEGICOS Y GEOPOLÍTICOS

La decisión del Ejecutivo central se enmarca en una apuesta política por la industria de defensa europea, con un enfoque en programas como el FCAS. Sin embargo, esto conlleva el riesgo de un sacrificio estratégico si la «Europa de la defensa» no avanza con la rapidez necesaria para cubrir las necesidades operativas de las Fuerzas Armadas españolas.

En este sentido, la posible adquisición de F-35 por parte de países como Marruecos podría alterar el equilibrio de poder en la región, ya que estos aviones ofrecen una superioridad tecnológica en términos de sigilo, sensores y conciencia situacional. Además, la negativa a comprar el F-35 ha sido vista en algunos círculos como una afrenta a los intereses estratégicos y económicos de Estados Unidos, lo que podría afectar las relaciones bilaterales en materia de defensa.

En resumen, la no compra de los F-35 deja a la Armada española con un grave problema de renovación de su ala de combate embarcada y crea una brecha tecnológica en el Ejército del Aire que no se solventará hasta la llegada de un futuro caza europeo, lo que genera un vacío estratégico significativo a medio y largo plazo.

PROBLEMA CON MARRUECOS

La negativa de España a comprar los aviones de combate F-35, en un contexto en el que Marruecos podría estar en proceso de adquirirlos, podría tener varias consecuencias significativas para la seguridad y el equilibrio de poder en la región.

La consecuencia más directa sería la alteración de la superioridad aérea que España ha mantenido tradicionalmente sobre Marruecos. Aunque el Ejército del Aire español cuenta con cazas Eurofighter Typhoon y F-18, que son aviones de combate de alta calidad, la adquisición de F-35B por parte de Marruecos cambiaría las reglas del juego.

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Valla fronteriza de Ceuta (Fuente: Agencias)

El modelo F-35 es un avión de quinta generación con capacidad «stealth», lo que lo hace muy difícil de detectar para los radares. Esto le daría a Marruecos una ventaja crítica en un posible escenario de conflicto, permitiéndole operar en el espacio aéreo español con un riesgo mucho menor que los cazas españoles.

Este avión destaca por su capacidad de fusionar datos de múltiples sensores, creando una imagen completa del campo de batalla que puede compartir con otras aeronaves y unidades terrestres. Esto proporcionaría a Marruecos una conciencia situacional superior, permitiéndole tomar decisiones más rápidas y efectivas.

VULNERABILIDAD DE CEUTA Y DE MELILLA

Por otro lado, la posible adquisición de F-35 por Marruecos podría ejercer una fuerte presión sobre España para que modernice sus propias capacidades militares. Esto podría desencadenar una carrera armamentística en la región, en la que España se vería obligada a invertir más en defensa para mantener el equilibrio de poder. Además, la decisión de Marruecos podría ser vista como un refuerzo de su posición geopolítica en el norte de África, con el respaldo de Estados Unidos.

En un escenario hipotético de conflicto, la superioridad aérea marroquí, potenciada por los F-35, podría representar una amenaza significativa para las ciudades de Ceuta y Melilla y para las Islas Canarias. La capacidad furtiva de los F-35 les permitiría evadir las defensas aéreas españolas y atacar objetivos con mayor precisión, lo que podría reducir la capacidad de disuasión de España en sus territorios en el norte de África.

En resumen, la no compra del F-35 por parte de España, combinada con la posible adquisición por parte de Marruecos, podría significar una pérdida de la ventaja militar cualitativa que España ha disfrutado históricamente. Esto podría generar una desventaja estratégica en un contexto de tensiones regionales, especialmente en lo que respecta a la seguridad de los enclaves españoles y el equilibrio de poder en el Mediterráneo occidental. Veremos como se supera el escalón.

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