lunes, 11 agosto 2025

Cuidado con las velas aromáticas de tu casa: la advertencia de los neumólogos sobre los ‘COV’ que respiras

El encanto de las velas aromáticas en un hogar es innegable, capaces de transformar por completo el ambiente con su luz tenue y sus fragancias evocadoras. Pocos gestos cotidianos ofrecen tanto placer sensorial por tan poco, convirtiendo cualquier estancia en un santuario de paz y calidez después de una jornada agotadora. Este ritual, que asociamos instintivamente con el relax y el cuidado personal, se ha convertido en un elemento casi imprescindible en millones de hogares españoles. Sin embargo, detrás de esa atmósfera reconfortante podría esconderse una realidad mucho menos idílica y bastante más preocupante para nuestra salud a largo plazo.

Publicidad

Lo que muchos desconocen es que la composición de estas populares candelas es crucial para determinar si estamos creando un refugio o, por el contrario, contaminando sigilosamente nuestro propio aire. La advertencia de los expertos en salud pulmonar es cada vez más clara y directa, ya que, esa atmósfera que asociamos con el bienestar podría estar introduciendo en nuestros pulmones compuestos nada recomendables, especialmente cuando su uso es frecuente y se realiza en espacios cerrados y con escasa ventilación. La cuestión fundamental que debemos plantearnos es si conocemos realmente qué estamos quemando y, por ende, qué estamos respirando en la intimidad de nuestra casa.

EL AROMA ACOGEDOR QUE ESCONDE UN SECRETO TÓXICO

YouTube video

La magia de las velas reside en su capacidad para crear un ambiente íntimo y personal, pero el secreto de muchas de ellas se encuentra en su ingrediente principal: la parafina. Este componente, un subproducto derivado del petróleo, es barato y muy eficaz para retener y liberar fragancias, motivo por el cual es el preferido por una gran parte de la industria. El problema surge cuando encendemos la mecha, pues la combustión de esta cera, que parece tan inofensiva, libera una serie de Compuestos Orgánicos Volátiles (COV) directamente en el aire que respiramos, contaminando el ambiente cerrado de nuestras casas con sustancias como el benceno y el tolueno, ambos conocidos por sus efectos nocivos para la salud.

El principal inconveniente con estas velas aromáticas de baja calidad es que el peligro es completamente invisible y, paradójicamente, huele bien. A diferencia del humo del tabaco, fácilmente identificable, los COV son gases incoloros que se mezclan con el aire sin que nos percatemos. De hecho, muchos de los aromas que tanto nos gustan no son más que fragancias sintéticas que, al calentarse, se descomponen en sustancias químicas potencialmente peligrosas, añadiendo otra capa de riesgo al problema inicial de la parafina. Así, mientras creemos estar disfrutando de un aroma a «océano» o «galletas recién horneadas», podríamos estar inhalando un cóctel químico poco recomendable.

PARAFINA FRENTE A CERA DE SOJA: LA BATALLA POR UN AIRE MÁS LIMPIO

PARAFINA FRENTE A CERA DE SOJA: LA BATALLA POR UN AIRE MÁS LIMPIO
Fuente: Freepik

Afortunadamente, no todas las velas son iguales y existen alternativas mucho más seguras y respetuosas con nuestro sistema respiratorio. Las ceras de origen vegetal, como la cera de soja, la de colza, la de coco o la cera de abeja, se presentan como la opción ganadora en esta particular batalla por un aire doméstico más puro. Estas ceras naturales son biodegradables, provienen de fuentes renovables y, lo más importante, su combustión es mucho más limpia. A diferencia de la parafina, estas alternativas vegetales no emiten tolueno ni benceno al quemarse, lo que las convierte en una opción infinitamente más segura para la calidad del aire interior, permitiendo disfrutar de la calidez de una llama sin comprometer la salud.

Aunque el desembolso inicial por estas velas aromáticas naturales pueda ser ligeramente superior, los beneficios a largo plazo compensan con creces la diferencia de precio. La inversión se justifica, no solo por la ausencia de tóxicos sino también por una combustión más lenta y duradera, lo que a largo plazo puede incluso resultar más económico. Además, estas ceras suelen tener un punto de fusión más bajo, lo que reduce el riesgo de quemaduras graves en caso de accidente y facilita la limpieza de los restos de cera derramada. Optar por estas velas es, en definitiva, una declaración de intenciones sobre cómo queremos cuidar nuestro hogar y a quienes viven en él.

TOS, ALERGIAS Y DOLORES DE CABEZA: LOS VISITANTES INDESEADOS

TOS, ALERGIAS Y DOLORES DE CABEZA: LOS VISITANTES INDESEADOS
Fuente: Freepik

La exposición recurrente a los Compuestos Orgánicos Volátiles emitidos por las candelas de parafina puede tener consecuencias directas y palpables en nuestro bienestar diario. El uso continuado de las velas aromáticas equivocadas en ambientes mal ventilados está directamente relacionado con la aparición de síntomas respiratorios. Esta exposición prolongada, incluso a niveles bajos, puede desencadenar o agravar cuadros de asma, rinitis alérgica y otras afecciones respiratorias crónicas, según apuntan neumólogos y alergólogos. La irritación de las vías respiratorias puede manifestarse con tos persistente, congestión nasal, estornudos o una sensación de opresión en el pecho, síntomas que a menudo no relacionamos con este hábito tan extendido.

Publicidad

Más allá de los problemas puramente respiratorios, la inhalación de estas sustancias puede provocar otra serie de malestares más generales y difusos. Mucha gente no asocia esos síntomas, como los dolores de cabeza recurrentes, los mareos, la fatiga o la irritación ocular, con un elemento decorativo tan común y aparentemente inofensivo como es una vela de parafina, atribuyéndolos a otras causas como el estrés o la falta de sueño. Sin embargo, estos pueden ser los primeros avisos que nuestro cuerpo nos envía para alertarnos de que la calidad del aire que estamos respirando no es la adecuada, y que el origen del problema podría estar en esas velas aromáticas que encendemos para relajarnos.

NIÑOS, MASCOTAS Y EMBARAZADAS: LOS MÁS VULNERABLES AL PELIGRO INVISIBLE

NIÑOS, MASCOTAS Y EMBARAZADAS: LOS MÁS VULNERABLES AL PELIGRO INVISIBLE
Fuente: Freepik

Si los efectos de los COV pueden ser perjudiciales para un adulto sano, el riesgo se multiplica cuando hablamos de los grupos de población más vulnerables. Los niños pequeños y los bebés son especialmente sensibles a la contaminación del aire interior, y el impacto de las velas aromáticas de parafina puede ser mucho más acusado en ellos. Sus sistemas respiratorios y neurológicos, aún en pleno desarrollo, son mucho más susceptibles a los efectos nocivos de los contaminantes aéreos, procesando estas toxinas de manera menos eficiente que un adulto sano. Exponerlos de forma continuada a ambientes cargados con estas sustancias es un riesgo innecesario que puede tener consecuencias en su salud respiratoria futura.

En esta ecuación de vulnerabilidad no podemos olvidar a nuestras mascotas, que a menudo son las grandes damnificadas silenciosas de nuestros hábitos domésticos. Perros y gatos, por su menor tamaño corporal y su costumbre de pasar más tiempo cerca del suelo, donde algunas partículas más pesadas pueden concentrarse, están especialmente expuestos. Su metabolismo es diferente y su sistema olfativo mucho más sensible, lo que significa que los mismos compuestos que a nosotros nos irritan a ellos pueden causarles graves problemas de salud, desde letargo hasta complicaciones respiratorias severas. El riesgo de las velas aromáticas convencionales, por tanto, se extiende a todos los miembros de la familia, incluidos los de cuatro patas.

VENTILAR ES VITAL: CONSEJOS PARA DISFRUTAR DE LAS VELAS SIN RIESGOS

VENTILAR ES VITAL: CONSEJOS PARA DISFRUTAR DE LAS VELAS SIN RIESGOS
Fuente: Freepik

La recomendación más importante y sencilla para mitigar los posibles efectos negativos de cualquier vela, incluidas las de parafina, es garantizar una correcta ventilación del espacio. Abrir las ventanas durante y después de su uso permite que los Compuestos Orgánicos Volátiles se dispersen y no se acumulen en el interior de la vivienda. Para poder seguir disfrutando de las velas aromáticas con mayor seguridad, una ventilación adecuada es fundamental, asegurando la renovación del aire y evitando que los COV se concentren en el ambiente, incluso si se opta por velas de parafina de forma ocasional. Este simple gesto puede marcar una gran diferencia en la calidad del aire que se respira en el hogar.

La clave no reside en demonizar por completo el uso de las velas aromáticas, sino en convertirnos en consumidores conscientes e informados. Aprender a diferenciar los tipos de cera, prestar atención a las etiquetas y priorizar aquellas que utilizan fragancias naturales en lugar de sintéticas es fundamental. La elección deliberada de velas fabricadas con cera de soja, colza, coco o abeja, representa el paso definitivo para conjugar el placer de una casa perfumada con la tranquilidad de un entorno saludable, protegiendo así a toda la familia sin renunciar a esos pequeños lujos que hacen la vida más agradable y acogedora.

Publicidad
Publicidad