El final de La Casa de Papel que vimos en pantalla, con la banda escapando con el oro y una sensación de victoria agridulce, es ya parte de la historia de la televisión. Pero, ¿y si te dijera que ese no era el único destino posible para nuestros atracadores del mono rojo? Seamos sinceros, la versión que nos contaron es la que queríamos ver, pero los creadores barajaron finales alternativos mucho más oscuros y trágicos que habrían cambiado por completo el significado de la serie. Un giro de guion que existió en la cabeza de sus guionistas y que te dejará helado.
Imagina por un momento un universo donde el plan maestro falla estrepitosamente. Un mundo en el que los héroes no son tan héroes y el precio de la rebelión es la aniquilación total. Ese escenario estuvo sobre la mesa, y conocerlo añade una nueva capa de lectura a la ficción de Álex Pina. La historia que nos enamoró y se convirtió en un fenómeno global pudo haber sido una sombría tragedia griega sobre la imposibilidad de vencer al sistema, un relato que nos habría dejado con un sabor de boca muy diferente. ¿Te atreves a asomarte a esos abismos que nunca se emitieron?
4POR QUÉ SE ELIGIÓ EL «FINAL FELIZ» (CON MATICES)

Al final, como todos sabemos, la balanza se inclinó hacia un desenlace más luminoso. La banda consigue el oro, escapa y, aunque han pagado un precio altísimo, logran su objetivo. ¿Fue una concesión al público? En parte, sí. Después de todo el viaje, los guionistas sintieron que debían ofrecer una recompensa emocional a una audiencia global que había convertido a la banda del mono rojo en un icono. Un final completamente trágico podría haber sido percibido como una traición a esa conexión tan fuerte que se había forjado.
Pero hay más. El fenómeno cultural en que se convirtió La Casa de Papel trascendió la propia pantalla. El mono rojo y la máscara de Dalí se convirtieron en símbolos de protesta en todo el mundo. Un final en el que el sistema aplasta sin piedad a los rebeldes habría enviado un mensaje de desesperanza. Por eso, el final elegido consolidó el legado de la serie como un cuento moderno sobre la posibilidad de la victoria, aunque sea a un coste enorme. Era una forma de decir que, a veces, David sí puede vencer a Goliat.