Le hemos preguntado a una inteligencia artificial cuál es la mejor verdura para combatir esa molesta sensación de hinchazón, y su respuesta nos ha dejado completamente descolocados. Acostumbrados a pensar en la lechuga, el tomate o incluso el brócoli como los pilares de una dieta ligera, la IA ha tirado por tierra todos nuestros prejuicios. Lo más sorprendente no es la elección en sí, sino la lógica aplastante que hay detrás, un razonamiento que va mucho más allá del simple conteo de calorías. ¿Y si la solución a ese vientre abultado estuviera en un alimento vegetal que casi siempre pasas por alto en el supermercado?
La búsqueda del vientre plano nos ha llevado a probar todo tipo de remedios y platos de vegetales, a menudo con resultados frustrantes y contradictorios. A veces, cuanta más ensalada comemos, más hinchados nos sentimos. Aquí es donde la IA entra en juego, analizando no solo la composición nutricional, sino también los efectos bioquímicos de cada alimento en nuestro sistema digestivo. Su veredicto es claro y apunta a un candidato inesperado, porque su elección se basa en propiedades específicas que atacan la raíz del problema, no solo los síntomas. Prepárate, porque su respuesta va a cambiar tu lista de la compra.
1¿POR QUÉ LA IA NO ELIGE LA LECHUGA NI EL BRÓCOLI?

Lo primero que hace la inteligencia artificial es descartar a los sospechosos habituales, y lo hace con una lógica impecable. Muchas de las hortalizas que asociamos con «comer sano», como el brócoli, la coliflor o las coles de Bruselas, son en realidad un arma de doble filo. Aunque son increíblemente nutritivas, ciertos tipos de fibra y compuestos como los Fodmaps pueden fermentar en el intestino y producir gas, provocando precisamente el efecto que queremos evitar: la hinchazón. Por eso, a veces, una ensalada gigante puede hacernos sentir peor.
La IA no se guía por la fama, sino por los datos. Entiende que no toda fibra es igual y que no toda verdura es apta para un sistema digestivo sensible. Su análisis va más allá de lo evidente, buscando un perfil muy concreto: un vegetal que sea rico en agua, bajo en azúcares fermentables y, sobre todo, que contenga compuestos activos con propiedades digestivas. La clave, según su lógica, no está en comer más verde, sino en elegir el verde correcto para este objetivo concreto, y por eso el vegetal equivocado puede ser contraproducente para sentirnos más ligeros.