Felipe VI ha vuelto a elegir Grecia como destino estival, un lugar que, además de ofrecer paisajes de ensueño y aguas turquesas, está profundamente ligado a su historia familiar. Tras cumplir con los compromisos veraniegos en Mallorca, donde presidió junto a la Reina Letizia la tradicional recepción en el Palacio de Marivent, el monarca puso rumbo a Atenas junto a su esposa para disfrutar de unos días de descanso. Pero este año, el viaje guarda un detalle que ha despertado curiosidad: la presencia de un enigmático matrimonio que les acompaña en su retiro.
No es la primera vez que Felipe VI pisa tierra griega en verano. El pasado año, el viaje resultó tan satisfactorio que decidió repetirlo en 2025, motivado por el deseo de descubrir nuevos rincones y revivir recuerdos de infancia junto a sus primos. Sin embargo, esta vez la atención mediática no solo recae en su itinerario o en las posibles islas que podrían visitar, sino en la identidad de la pareja que comparte con ellos estos días de privacidad y desconexión.
3Un verano entre la discreción y el interés mediático

Felipe VI y Letizia han demostrado en numerosas ocasiones su habilidad para mantener en secreto sus planes estivales, pero este año la expectación ha sido mayor. El simple hecho de conocer su paradero ha bastado para que la prensa intente seguir sus pasos y, sobre todo, descubrir quién es la pareja que comparte con ellos estos días. El hecho de que el destino sea Grecia, con sus más de 6.000 islas y su atractivo natural, solo alimenta la incógnita.
A pesar de la atención mediática, el objetivo de Felipe VI parece ser desconectar de la agenda oficial, disfrutar de la compañía de su esposa y amigos, y revivir el vínculo emocional con un país que forma parte de su propia biografía. El misterio sobre el matrimonio acompañante podría resolverse en los próximos días, o quizá nunca, pero mientras tanto, la historia combina realeza y secreto, dos ingredientes irresistibles para la prensa.