Desde la celebración hace unas semanas del XXI Congreso Nacional del PP la estrategia de los populares para preparar su asalto a la Moncloa ha cambiado. Desde Génova han decidido pasar a un ataque frontal desde todos los frentes para acosar al Gobierno de Pedro Sánchez, debilitado por los supuestos casos de corrupción que lo rodean.
Un ataque desde todos los frentes y sin cuartel donde la citada corrupción las relaciones del ex presidente José Luis Rodriguez Zapatero con la dictadura venezolana, la irrelevancia en el panorama internacional o los indicios de agotamiento de la economía española son armas perfectas para arrojar contra el ejecutivo central.
En este sentido, el vicesecretario de Política Autonómica y Municipal y Análisis Electoral del PP, Elías Bendodo, en una comparecencia ante los medios, ha señalado de manera contundente la ausencia de Sánchez en una cumbre crucial celebrada en Alemania, donde los principales líderes europeos se reunieron con Estados Unidos para pactar una estrategia conjunta sobre Ucrania.
Según el dirigente popular, la no invitación del presidente español es la «consecuencia de años siguiendo el manual de Zapatero de blanqueamiento al régimen de Venezuela y de choques con la OTAN y con nuestros socios». La crítica fue especialmente incisiva al afirmar que, mientras los mandatarios mundiales se congregaban para abordar un conflicto de máxima envergadura, Sánchez se encontraba «en la playa con Zapatero».
Para el PP, esta situación evidencia un deterioro sin precedentes de la influencia española. Sánchez ha hecho de España un país irrelevante en la política internacional«, sentenció el vicesecretario, y añadió que en el tándem Sánchez-Zapatero, se cumple la máxima de que «el alumno supera al maestro. El balance de su gestión, según el PP, es el de «el peor presidente de la historia, y al Gobierno más corrupto, irresponsable e irrelevante que se recuerda en democracia. La falta de presencia en el escenario internacional se presenta así como la punta del iceberg de una gestión que, a juicio del PP, está marcada por la debilidad y el aislamiento.

LA POLÉMICA DE LOS INCENDIOS Y LAS SOMBRAS DE LA CORRUPCIÓN
La ofensiva del PP no se limitó a la política exterior. El partido ha censurado duramente la actuación del ministro de Transportes, Óscar Puente, por sus mensajes en redes sociales sobre los incendios forestales. El PP ha exigido a Sánchez que cese al ministro si no pide perdón, advirtiendo que, de no hacerlo, demostrará que «su lucha contra los mensajes de odio es equiparable a su lucha contra la prostitución y contra la corrupción después de tener a Ábalos y Santos Cerdán como sus números 2». La crítica subraya la percepción de que el Gobierno utiliza temas sensibles para la confrontación política, en lugar de para la gestión.
En este sentido, el PP contrastó la supuesta actitud del actual Gobierno con la que tendría un Ejecutivo liderado por Alberto Núñez Feijóo. Mientras un Gobierno del PP habría llamado a las comunidades autónomas afectadas para preguntar qué necesitaban, la respuesta de Sánchez se habría limitado a un «si necesitan ayuda, que la pidan». El PP ha recordado a Sánchez y a Puente que «no todo vale en política» y que no se puede «utilizar los incendios como batalla electoral» ni «jugar así con el dolor de la gente.
La atención se ha desviado rápidamente hacia un nuevo frente de batalla: la corrupción. El PP ha afirmado que el ministro Puente no ha sido el único «portavoz» del Gobierno en el centro de la polémica, aludiendo a la figura de Leire Díez. El partido ha denunciado que Díez «ofrecía ayuda del Gobierno a fiscales para tratar de acabar con las investigaciones que amenazaban al PSOE, al Ejecutivo y a la familia de Sánchez». Estas acusaciones sugieren una supuesta trama de encubrimiento que se gestaría en las altas esferas del poder.
El PP ha profundizado en esta tesis con una metáfora contundente que apunta directamente al presidente del Gobierno. «Toda trama tiene un fontanero, un contratista y su arquitecto jefe«, ha declarado el vicesecretario, señalando que «Leire era la fontanera, Cerdán el contratista y tiene toda la pinta de que el arquitecto y número 1 de esa trama se llama Pedro Sánchez». Estas palabras sugieren que los movimientos de Díez no solo eran conocidos en Ferraz por Santos Cerdán, sino también en La Moncloa por el propio presidente.

INFLACIÓN, MIGRACIÓN Y LA NECESIDAD DE UN «CAMBIO URGENTE»
La batería de críticas se completa con la política económica y migratoria del Gobierno. El PP ha esgrimido los últimos datos económicos, señalando el repunte del IPC al 2,7% y de la inflación subyacente al 2,3%, como prueba del fracaso de la gestión económica. El partido ha recordado que el Ejecutivo lleva «97 subidas de impuestos» que «exprime a la clase media», con la consecuencia directa de que los ciudadanos pagan más impuestos, más por lo que compran y tienen «menos dinero en el bolsillo».
En el ámbito migratorio, el PP ha censurado la decisión del Gobierno de volver a paralizar el traslado de menores desde Canarias, a pesar de una orden del Tribunal Supremo. La justificación de que «este viernes no habrá traslados… ¡porque es festivo!» ha sido tildada de excusa inaceptable, ilustrando una falta de seriedad en la gestión de una crisis humanitaria.
El PP ha concluido su intervención lamentando que el Gobierno esté «más ocupado en intentar tapar los casos de corrupción que en gestionar nada». La conclusión ha sido un rotundo llamamiento a la acción política: «El cambio es urgente. Necesitamos un Gobierno que esté en resolver los problemas de la gente y no en defenderse de la corrupción que afecta al partido y a la familia del presidente».