sábado, 16 agosto 2025

Fanático encuentra conexión secreta entre ‘La que se avecina’ y ‘Juego de Tronos’ que te dejará con la boca abierta

La que se avecina ha construido a lo largo de los años un universo tan propio y disparatado que parece imposible de conectar con cualquier otra cosa. Sus personajes, sus frases y sus tramas surrealistas son parte del ADN de la televisión española. Sin embargo, en el caótico edificio de Mirador de Montepinar se esconde un secreto, un cameo internacional que une dos universos televisivos aparentemente opuestos de una forma que casi nadie recuerda. ¿Y si te dijéramos que el mundo de los Lannister y el de los Rivas estuvieron, por un breve instante, conectados?

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Parece una broma, una de esas teorías locas que surgen en internet, pero es tan real como el «¡merengue, merengue!» de Antonio Recio. Mucho antes de que el mundo entero la temiera, una de las actrices más reconocibles de una de las series más grandes de la historia se paseó por el plató de la comedia de Telecinco. En concreto, una de las villanas más icónicas de ‘Juego de Tronos’ se paseó por el rellano en un episodio que, visto hoy, parece una alucinación. Sigue leyendo, porque esta historia es de las que merecen ser contadas.

DOS MUNDOS QUE JAMÁS DEBERÍAN HABERSE CRUZADO

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Para entender lo improbable de esta conexión, primero hay que poner en perspectiva los dos universos. Por un lado, tenemos el mundo de La que se avecina: una comedia costumbrista y a ratos surrealista, anclada en los problemas de una comunidad de vecinos de la periferia. Su humor se basa en lo patético, lo cutre y lo exagerado de la sociedad española. Es un mundo de juntas de vecinos infernales, «pinchitos» y mariscos a precios de escándalo, donde la mayor batalla es por no pagar la derrama o robarle el wifi al vecino. Una ficción de los Caballero que es puro reflejo de nuestra picaresca.

En la esquina opuesta del ring televisivo se encuentra ‘Juego de Tronos’. Una superproducción de escala épica, con dragones, ejércitos, batallas sangrientas y una lucha por el poder que redefine la palabra «cruel». Un universo oscuro, solemne y con un presupuesto millonario por episodio. Hablamos de Desembarco del Rey, de los Siete Reinos y de la amenaza de los Caminantes Blancos. Por eso, la idea de que ambos mundos pudieran tocarse es, sencillamente, inconcebible. Es como imaginar a Amador Rivas intentando negociar un tratado de paz con Tywin Lannister en el universo de Montepinar.

EL DÍA QUE DESEMBARCO DEL REY LLEGÓ A MONTEPINAR

La magia ocurrió en la octava temporada de La que se avecina, emitida en 2014. En el décimo episodio, titulado «Un hombre salvaje, una vieja maldita y un fantasma de la ópera», los Cuquis intentan sacar adelante su negocio de citas para solteros. En una de esas citas, Amador Rivas se encuentra con una imponente mujer británica llamada Annabelle. Una turista culta, elegante y, evidentemente, fuera de la liga del «Capitán Salami». Esa actriz, que entonces era una desconocida para el gran público español, era Hannah Waddingham, porque la escena se desarrolla en un bar donde Amador intenta ligar con ella en su desastroso inglés.

La secuencia es puro oro cómico y un clásico de la popular serie española. Amador, en su intento de seducción, despliega su repertorio de frases en «spanglish», ofreciéndole un «pinchito», un «espetec» o un «wine de la casa». La actriz británica, con una mezcla de confusión y ligera repulsión, lo rechaza con una elegancia que contrasta brutalmente con la zafiedad del personaje de Pablo Chiapella. Nadie en ese momento podía imaginar que esa mujer, que aguantaba estoicamente las ocurrencias de Amador, se convertiría un año después en una de las figuras más aterradoras de la televisión mundial.

¿POR QUÉ UNA FUTURA ESTRELLA MUNDIAL APARECIÓ AQUÍ?

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La gran pregunta es: ¿cómo acabó una actriz de su calibre en La que se avecina? La respuesta es más sencilla de lo que parece y tiene que ver con los tiempos. En 2014, Hannah Waddingham aún no era la superestrella global que es hoy gracias a series como ‘Ted Lasso’. Era una actriz muy respetada y premiada en el West End londinense, el epicentro del teatro musical, pero su carrera en pantalla era más discreta, con papeles secundarios en producciones británicas. Por lo tanto, su aparición en la serie española fue un trabajo más en su carrera como actriz de televisión.

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Los directores de casting a menudo buscan actores nativos para interpretar a personajes extranjeros y dar más verosimilitud a las escenas. Es probable que Waddingham, a través de su agencia, aceptara el papel para este capítulo de la icónica ficción española como parte de su trabajo habitual. Lo que para nosotros es hoy un ‘crossover’ legendario, en su momento fue simplemente una colaboración puntual. Un ejemplo perfecto de cómo la industria audiovisual crea estas conexiones inesperadas antes de que un actor salte al estrellato, convirtiendo un papel menor en una anécdota fascinante.

EL EFECTO «SHAME»: DEL ‘PINCHITO’ A LA PENITENCIA

Lo que hace que esta historia sea verdaderamente increíble es lo que sucedió justo después. Solo un año después de su aparición en La que se avecina, en 2015, Hannah Waddingham fue elegida para interpretar a la Septa Unella en ‘Juego de Tronos’. Sí, la misma monja fanática y despiadada que se convirtió en la sombra de Cersei Lannister, persiguiéndola por las calles de Desembarco del Rey al grito de «¡Vergüenza!» («Shame!»). De repente, la mujer a la que Amador Rivas le ofrecía un «espetec» era la temible Inquisidora del Gorrión Supremo.

La transformación es brutal. La misma actriz que compartió plano con el «león» de Mirador de Montepinar se convirtió en un icono de la cultura pop por su papel de torturadora silenciosa. La ironía es deliciosa: Amador Rivas, un personaje castigado constantemente por sus fracasos, intentó ligar con la mujer que acabaría protagonizando uno de los «paseos de la vergüenza» más famosos de la historia de la televisión. Este giro del destino convierte su breve paso por La que se avecina en una joya oculta que adquiere un nuevo significado con el paso del tiempo.

EL HILO INVISIBLE QUE UNE A AMADOR RIVAS CON CERSEI LANNISTER

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Este pequeño cameo es hoy una de esas anécdotas maravillosas que demuestran lo pequeño que es el mundo de la actuación. Es la prueba de que el universo de La que se avecina, en su infinita y caótica expansión, llegó a rozar los Siete Reinos. Ver el episodio ahora es una experiencia completamente diferente. Ya no vemos a una actriz desconocida, sino a la imponente Septa Unella o a la carismática Rebecca Welton de ‘Ted Lasso’. Y es que este dato curioso enriquece el visionado y conecta la comedia española con un fenómeno global.

Es fascinante pensar en el viaje de un actor. Un día estás en un plató en España, escuchando a un cómico hablarte de salami, y al poco tiempo estás en Croacia, vistiendo un hábito y haciendo la vida imposible a la reina de Poniente. Esta conexión secreta, este hilo invisible que une a dos ficciones tan dispares, es un regalo para los fans de ambas series. Porque al final, estas historias demuestran que la magia de la televisión reside en su capacidad para crear realidades paralelas donde, por un instante, todo es posible, incluso que Mirador de Montepinar tenga una embajada en Desembarco del Rey.

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