En Córdoba existe una joya que se ha convertido en algo más que un símbolo de la ciudad, si no más bien, representa un testimonio vivo de la cultura y la historia de España. Se trata de una mezquita-catedral que sorprende a cada turista que la visita y que en días recientes, parte de su estructura se vio afectada por un incendio. Por lo que su valor volvió a ser parte de la noticia, cuando en la Capilla de la Anunciación se generó un incendio que se propagó rápidamente por el recinto.
Sin embargo, este susto que fue controlado eficazmente por autoridades competentes y cuerpos de seguridad de Córdoba, este monumento arquitectónico sigue intacto, por lo que su historia hoy se recuerda con fascinación. Desde su origen, la Mezquita-Catedral ha sido más que un recinto religioso, en cada muro y arco se guardan siglos de resistencia a través de la historia del país. La audacia en la construcción de este imponente templo, data del emperador Carlos V, quien aportó un sano equilibrio al permitir que la construcción cristiana conviviera dentro del corazón de la gran mezquita omeya.
3EN CÓRDOBA SE FORJÓ UN LEGADO QUE SE MANTIENE VIVO
Desde la construcción de esta catedral dentro del templo omeya, se puede hacer un recorrido donde cada capilla y arco cuentan su propio testimonio. Por ejemplo, los arcos y columnas de la Capilla Mayor y la de Villaviciosa hacen recordar la época de los califas, mientras que cada detalle muestra la huella del cristianismo insertado y que respetó por completo la estructura original. Esta mezcla arquitectónica hace que la mezquita-catedral sea un lugar vivo. En la actualidad hace que su riqueza artística sea un espacio dedicado al culto y al turismo, por lo que el pasado de esta majestuosidad se enriquece con el presente.
Para la ciudad de Córdoba esta mezquita-catedral no solo es un templo donde el islam y el cristianismo conviven y se respetan, es un motor cultural y económico que impulsa a su población. Cada visita que recibe al año ofrece una experiencia única e irrepetible a los visitantes. La identidad arraigada que esta mezquita-catedral hace adoptar, impulsa que tanto los artesanos locales, comerciantes y hasta guías turísticos muestren a cada turista el legado de esta belleza arquitectónica que ha perdurado por siglos.