Asturias guarda en su costa occidental uno de esos pueblos que parecen detenidos en el tiempo, donde la vida sigue girando alrededor del mar y de la ría que marca la frontera natural con Galicia. Las casas blancas trepan por la ladera y enmarcan un casco antiguo lleno de balcones y calles empedradas que cuentan historias de navegantes y comerciantes. El reflejo cambiante del agua, a veces azul intenso y otras gris plateado, acompaña la rutina de un lugar donde el rumor de las gaviotas se mezcla con el aroma de un producto que se ha convertido en seña de identidad local: las ostras.
Quien recorre este rincón de Asturias descubre una paleta de colores marcada por el verde de los prados, el blanco de la arquitectura popular y el azul del Cantábrico. La tradición marinera está presente en cada detalle, con hórreos en el paisaje rural, plazas donde se concentra la vida vecinal y una gastronomía que aprovecha lo mejor de cada temporada. Aunque son varios los pueblos que comparten este espíritu, pocos como Castropol pueden presumir de unir historia, naturaleza y sabor de una manera tan genuina.
2El sabor de Asturias y las ostras de la Ría del Eo

En este rincón de Asturias las ostras se cultivan en bateas que flotan sobre la ría, donde la salinidad equilibrada y las corrientes constantes crean el hábitat perfecto. Este producto se ha convertido en emblema local y ha dado fama a la villa en todo el norte de España. Tras 12 semanas de cultivo, las ostras alcanzan la textura y el sabor que las distinguen, llegando a ser frescas, jugosas y con un toque mineral que refleja fielmente el entorno donde crecen.
Además, existen iniciativas turísticas que acercan al visitante a este proceso artesanal. Empresas locales organizan rutas en barco hasta las bateas, donde se explica cómo se seleccionan, crían y recolectan. La experiencia suele culminar con una degustación frente al mar, acompañada de un vino blanco que potencia aún más su sabor. Se trata de un plan que une paisaje, tradición y gastronomía, y que deja claro por qué Asturias presume de tener en Castropol las mejores ostras de todo el norte.