Ayuso y Vox forman un frente común contra la «agenda climática»

En el actual contexto de incendios forestales que asolan la Península Ibérica, una nueva y curiosa voz se ha sumado al coro de críticas contra lo que se ha dado en llamar «la agenda climática ideológica». La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha alineado su discurso con las tesis defendidas por Vox, acusando a «grupos de presión» y a una «burocracia rígida» de obstaculizar la labor de las gentes del campo y, en última instancia, de contribuir a la proliferación de los incendios.

Las declaraciones de Ayuso, realizadas durante los actos en honor a la Virgen de la Paloma, se hicieron eco de los argumentos que el partido de Santiago Abascal ha esgrimido de forma recurrente. Para esta formación, los incendios no son una consecuencia directa de la crisis climática, sino el resultado de políticas «ecologistas de oficina» y de una mala gestión del territorio. Una narrativa que, cada vez más, se cuela en el debate público.

«ECOLOGISMO DE OFICINA» COMO DETONANTE

La principal teoría que subyace en esta postura es la del abandono del campo. Según esta visión, la Agenda 2030 y otras políticas ambientales han provocado el cese de los usos tradicionales del monte, como la ganadería, la agricultura y la silvicultura. El resultado, a su juicio, es la acumulación de maleza y vegetación seca, un combustible perfecto para la propagación de las llamas.

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Santiago Abascal, líder de Vox (Fuente: Agencias)
Santiago Abascal, líder de Vox (Fuente: Agencias)

Javier Ortega Smith, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, no dudó en culpar al «fanatismo climático» por impedir labores preventivas esenciales como la limpieza de montes, el pastoreo tradicional y la creación de cortafuegos. En una dura crítica, el político también señaló la «destrucción de las pequeñas presas y remansos de agua» que son fundamentales para la extinción.

Desde esta perspectiva, la solución no pasa por la reducción de emisiones o la transición energética, sino por una gestión activa del territorio. Abascal, por su parte, ha responsabilizado de los fuegos a las «políticas ideológicas contra el campo», las «corrupciones detrás de los lobbys climáticos» y la «utilización de las renovables contra la agricultura». Un mensaje que encontró eco en la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJE) de Ávila, que acusa a las administraciones de haber vaciado el medio rural y de convertir los montes en «auténticas bombas de combustible».

POLÉMICA POR EL PRESUPUESTO Y LA PREVENCIÓN

Otro de los pilares de este discurso es la crítica a la inversión pública. Se acusa a los gobiernos de destinar ingentes cantidades de dinero a políticas climáticas mientras se recorta en prevención y extinción de incendios. La reducción de fondos para los servicios de bomberos forestales se presenta como un ejemplo de esta mala praxis. En contraposición, se propone una mayor inversión en brigadas de limpieza y equipos de extinción, argumentando que una acción preventiva es mucho más efectiva que cualquier política de «emergencia climática».

Díaz Ayuso ha insistido en la necesidad de «destinar más políticas especialmente a la prevención» y de «mantener los campos mucho más limpios». Para la presidenta madrileña, las «agendas ideológicas» y la burocracia han «impedido» estas labores, lo que ha facilitado la propagación del fuego.

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El portavoz de VOX en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, atiende a los medios (Fuente: Agencias)

DEBATE SOBRE EL ORIGEN DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Aunque en el discurso político reciente se ha moderado, el cuestionamiento sobre el origen humano del cambio climático sigue siendo un punto clave en la retórica de Vox. Figuras afines a la formación han argumentado que los cambios en el clima son cíclicos y que no existe un consenso científico absoluto sobre el papel del ser humano.

Esta visión les permite desvincular directamente los incendios de la crisis climática y centrar el debate en lo que consideran la verdadera raíz del problema: la gestión forestal. Al culpar a las políticas «ecologistas» de la falta de limpieza en los montes, se desplaza el foco del calentamiento global a la gestión del suelo, una estrategia discursiva que ha sido adoptada por la presidenta madrileña.

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Para Ayuso, lo que está sucediendo en España es el resultado de un «cúmulo de circunstancias», un fenómeno que también afecta a otros países del Mediterráneo como Grecia. Esto refuerza la idea de que los incendios son un problema de gestión más que de clima, un argumento que resuena con la línea de pensamiento de Vox.

En conclusión, el mensaje es claro: la «agenda climática» está equivocada. Para Ayuso y Vox, la causa real de la virulencia de los incendios no reside en las emisiones o el calentamiento global, sino en el abandono del mundo rural, la falta de limpieza en los montes y unas políticas que, según ellos, dificultan el trabajo de quienes históricamente han cuidado el campo. Un discurso que gana adeptos en medio de la crisis y que sitúa la gestión del territorio como el centro del debate político.

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