El arroz negro es uno de esos platos que prometen mar y gloria, pero que a menudo acaban en una paella de aspecto triste, con un color mate y un sabor que no está a la altura. ¿Te suena? Pues un viejo marinero alicantino nos desveló el secreto para que nunca más te pase. Olvídate de todo lo que creías saber, porque la clave para un negro brillante y potente no reside en la cantidad de tinta. Sigue leyendo y descubrirás un truco tan lógico como desconocido.
La frustración de dedicar tiempo y un buen producto para obtener un plato de arroz mediocre es algo que hemos vivido casi todos. Pero, ¿y si te dijéramos que la solución está en un pequeño detalle del sofrito, en un ingrediente que casi siempre desechamos por desconocimiento? De hecho, según este lobo de mar, el secreto es aprovechar la melsa de la propia sepia para crear una base de sabor imbatible. Prepárate, porque tu cocina está a punto de oler a puerto.
5EL REPOSO FINAL: EL SECRETO MEJOR GUARDADO DE LA COSTA

Una vez el arroz ha absorbido el caldo y está en su punto, llega un paso que muchos ignoran por las prisas: el reposo. Apaga el fuego, tapa la paella con un paño limpio o papel de aluminio y déjala descansar fuera del calor durante unos cinco o diez minutos. Este tiempo es sagrado en la costa levantina, pues el reposo permite que los sabores se asienten y la cocción del grano finalice de manera uniforme.
Y ahí lo tienes. Al destaparlo, te encontrarás con un arroz negro brillante, con el grano suelto pero meloso, y un aroma que te transportará directamente a una terraza junto al mar. Ya no hay excusas. Con el secreto de la melsa y un poco de mimo, ese plato que se te resistía se convertirá en tu especialidad. Porque, al final, el éxito de este arroz no es más que el respeto por el producto y la sabiduría de quienes llevan toda la vida cocinando con lo que les da el mar.