La primera vez que ves sangre saliendo de tu nariz sin aviso, el susto es inevitable. El sangrado nasal, o epistaxis, puede aparecer en medio de una comida, justo al levantarte de la cama o mientras ves la tele tranquilamente. Lo más importante es saber reaccionar sin dejarse llevar por los nervios, porque la mayoría de las veces no es grave, pero sí incómodo y alarmante. Aún hoy, hay gestos que hacemos de forma automática y que en realidad empeoran la situación.
Seguro que has escuchado a alguien decir que hay que echar la cabeza hacia atrás, o incluso taponar con papel y esperar. Estas prácticas, más populares que correctas, pueden ser contraproducentes y hacer que la sangre termine donde no debe. Lo curioso es que la solución es mucho más sencilla, pero pocos la conocen. El truco está en entender qué lo provoca y cómo actuar en los primeros segundos.
2LOS ERRORES MÁS COMUNES AL INTENTAR DETENERLO

La imagen clásica de alguien con la cabeza echada hacia atrás y un pañuelo en la nariz sigue siendo habitual. Inclinar la cabeza así solo hace que la sangre vaya a la garganta, provocando náuseas o vómitos y dificultando ver si la hemorragia realmente ha parado. Es un hábito que debería desterrarse.
Otro error frecuente es taponar la nariz con papel o algodón y esperar sentado. Esto crea una falsa sensación de control mientras la sangre sigue fluyendo internamente, además de resecar más la mucosa al retirarlo. El objetivo no es bloquear la salida, sino comprimir el punto exacto donde se origina el sangrado.