Qué hacer (y qué evitar) cuando sangra la nariz: mitos y verdades que debes conocer

La primera vez que ves sangre saliendo de tu nariz sin aviso, el susto es inevitable. El sangrado nasal, o epistaxis, puede aparecer en medio de una comida, justo al levantarte de la cama o mientras ves la tele tranquilamente. Lo más importante es saber reaccionar sin dejarse llevar por los nervios, porque la mayoría de las veces no es grave, pero sí incómodo y alarmante. Aún hoy, hay gestos que hacemos de forma automática y que en realidad empeoran la situación.

Seguro que has escuchado a alguien decir que hay que echar la cabeza hacia atrás, o incluso taponar con papel y esperar. Estas prácticas, más populares que correctas, pueden ser contraproducentes y hacer que la sangre termine donde no debe. Lo curioso es que la solución es mucho más sencilla, pero pocos la conocen. El truco está en entender qué lo provoca y cómo actuar en los primeros segundos.

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MITOS QUE DEBEMOS OLVIDAR

Fuente: Freepik

Ni cabeza atrás, ni levantar los brazos, ni empapar algodón en vinagre. Estas soluciones de “sabiduría popular” no tienen respaldo médico y pueden complicar la situación, sobre todo si retrasan el uso del método correcto. Tampoco es necesario meter objetos fríos en la boca: el efecto sobre la nariz es mínimo.

Otro mito común es que si no hay dolor, no hay problema. Un sangrado nasal puede no doler y aun así ser un signo de alerta, especialmente en personas con factores de riesgo cardiovascular. La clave está en no restarle importancia si se repite o se combina con otros síntomas.

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