Existe un refugio natural a menos de una hora de Madrid que se ha convertido en el objeto de deseo de miles de personas en cuanto aprieta el calor. Hablamos de un paraje idílico, de praderas verdes y aguas cristalinas, pero con un secreto a voces; un paraje natural de aguas heladas que se ha convertido en la alternativa perfecta a la playa. ¿Te imaginas poder disfrutar de este paraíso sin las aglomeraciones que lo colapsan cada fin de semana?
La respuesta es sí, es posible, pero solo si conoces el truco que los habituales de la zona guardan con celo. Este lugar, tan cerca de la ciudad, es la escapada perfecta, aunque su fama le precede y encontrar un hueco libre en la pradera puede convertirse en una misión casi imposible. Sigue leyendo, porque te vamos a contar cómo tener esta joya de la sierra madrileña casi para ti solo.
EL SECRETO MEJOR GUARDADO DEL VALLE DEL LOZOYA
Ubicadas en el término municipal de Rascafría, las Presillas son un conjunto de tres piscinas naturales formadas por el cauce del río Lozoya, con unas vistas espectaculares al pico de Peñalara. Lo que hace único a este plan en la Comunidad de Madrid es que el agua proviene directamente del deshielo, lo que garantiza una temperatura gélida incluso en agosto. Es un chapuzón solo apto para valientes que buscan un respiro del asfalto de Madrid.
El entorno que las rodea es una amplia pradera de césped perfectamente cuidada, ideal para extender la toalla, organizar un pícnic y pasar el día. Este oasis madrileño se ha consolidado como el plan familiar por excelencia, donde el plan es ideal para familias y grupos de amigos que buscan un día completo en la naturaleza. El sonido del agua corriendo y el paisaje montañoso completan una estampa casi perfecta.
EL IMÁN DE VERANO QUE TODOS CONOCEN (DEMASIADO BIEN)
Si alguna vez has intentado ir un sábado de julio a mediodía, ya sabes de lo que hablamos. El principal problema para escapar del calor de la capital aquí es la logística, porque el aparcamiento regulado se llena a primera hora de la mañana, dejando a cientos de coches fuera. Llegar más tarde de las diez en un día de máxima afluencia significa, en la mayoría de los casos, tener que dar media vuelta.
Una vez dentro, el panorama no siempre es más alentador. La lucha por un trozo de sombra y el bullicio constante pueden desdibujar la idílica imagen que tenías en mente. En pleno apogeo del fin de semana, la experiencia puede resultar agobiante si lo que buscas es paz y tranquilidad en tu escapada desde Madrid. Es la cara B de un lugar que, por méritos propios, se ha ganado su fama.
EL TRUCO DEFINITIVO PARA BAÑARTE PRÁCTICAMENTE A SOLAS
El primer gran secreto, y el más efectivo, es cambiar el chip horario. Olvídate de ir a pasar el día entero y planifica una visita a contrapié, ya que el mejor momento para disfrutar del baño es a partir de las seis de la tarde, cuando el grueso de la gente se ha marchado. A esa hora, las familias recogen y el sol de Madrid baja, regalando una luz mágica y una tranquilidad impagable a un paso de la urbe.
La otra opción es madrugar, pero de verdad. Si eres de los que no les importa poner el despertador en tu día libre, esta es tu recompensa. Estar allí antes de las nueve te garantiza aparcar sin problema y llegar antes de las diez de la mañana te asegura un par de horas de calma absoluta antes de la llegada masiva. Sentir el aire fresco de la montaña y el silencio de este refugio en la sierra es una experiencia que lo cambia todo.
NO TODO ES AGUA: EL OTRO ENCANTO DE RASCARFRÍA
A apenas cinco minutos en coche de las piscinas se encuentra una de las joyas patrimoniales de la región. Si aprovechas tu visita para conocerlo, la clave es visitar el Monasterio de Santa María de El Paular, una joya gótica y barroca a pocos minutos en coche. Su claustro y su impresionante retablo de alabastro son una parada obligatoria para los amantes del arte y la historia en los pueblos de la sierra.
Y por supuesto, no puedes irte de la zona sin explorar sus alrededores y su gastronomía. Desde el Puente del Perdón, un icono fotográfico, hasta las múltiples rutas de senderismo que parten de la zona, hay planes para todos. Después de una ruta por la sierra, la gastronomía local, con sus carnes a la brasa, es el broche de oro perfecto para una jornada en la naturaleza.
LA GUÍA RÁPIDA PARA QUE TU DÍA SEA PERFECTO
No olvides meter en la mochila lo imprescindible: protector solar, gorra y, sobre todo, calzado adecuado para el agua. El fondo del río es pedregoso y puede resultar incómodo, por lo que llevar escarpines es fundamental para caminar cómodamente sobre las piedras del fondo del río. Aunque hay un quiosco, llevar tu propia comida y bebida para tu excursión cerca de la capital te dará más libertad.
Y el consejo final, el más importante: cuida el entorno como si fuera tuyo, porque en parte lo es. Recoge toda tu basura y deja el lugar incluso más limpio de lo que lo encontraste. Al fin y al cabo, la sensación de volver a casa renovado tras un día en la naturaleza cerca de Madrid no tiene precio. Disfrutar de estos tesoros es un privilegio, y conservarlos es una responsabilidad de todos.