El futuro de Rivas Vaciamadrid se está decidiendo en un documento técnico presentado por el Ejecutivo municipal (IU/PSOE) que ha desatado una fuerte tormenta política en esta localidad madrileña del sureste de Madrid. El Avance del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el borrador que definirá el crecimiento de la ciudad, ha sido duramente criticado por el Partido Popular (PP) y por la agrupación Vecinos por Rivas Vaciamadrid. Ambos acusan al gobierno local de ignorar a los ciudadanos, justo cuando el plazo para presentar alegaciones y sugerencias finaliza el 31 de agosto.
La ofensiva más contundente ha sido la del PP, que ha lanzado la campaña ‘Rivas, párate a protestar’, un guiño crítico al lema del gobierno local, ‘Rivas, párate a pensar. Para la portavoz popular, Janette Novo, el mensaje es claro y directo: el momento de la reflexión ha terminado y ha llegado la hora de la acción. «El nuevo PGOU afectará profundamente al futuro de nuestra ciudad. No podemos quedarnos callados ante un modelo que no está pensado en el interés general», ha declarado Novo.
Desde el PP se acusa al gobierno municipal, presidido por Aída Castillejo, de elaborar un documento que, lejos de fomentar la escucha activa, «ha ignorado las necesidades reales de los vecinos». La crítica no es superficial, y los populares han desglosado los puntos que, a su entender, son perjudiciales para miles de familias:
- Reducción de la edificabilidad: Se plantea una drástica disminución, del 46% en el barrio de Cristo de Rivas, además de la eliminación de casi 3,000 viviendas planificadas en el Mirador Sur.
- Eliminación de viviendas unifamiliares: El plan propone sustituir este tipo de edificaciones por viviendas en altura, con un impacto directo en zonas residenciales ya consolidadas.
- Impacto fiscal y pérdida de equipamientos: La oposición advierte de un aumento de la carga impositiva sobre los actuales propietarios y la desaparición de espacios públicos previstos para dotaciones y servicios.
Para el PP, el proceso está viciado de origen. La portavoz Janette Novo ha criticado la elección de la fecha para la presentación de sugerencias, acusando al Ayuntamiento de actuar con «agosticidad», una práctica que, según ella, ya se ha utilizado en el pasado para aprobar medidas controvertidas como los carriles bici. «Una vez más, el Ayuntamiento se aprovecha de que nuestros vecinos están disfrutando de unas merecidas vacaciones para imponer cuestiones que son vitales para el municipio», ha denunciado.
Para facilitar la participación ciudadana, el PP ha puesto a disposición de los vecinos un documento modelo para que puedan presentar sus propuestas y alegaciones de forma estructurada y sencilla. Este modelo defiende la coherencia urbanística, la preservación del modelo mixto de ciudad que incluye viviendas unifamiliares y exige un proceso «realmente participativo y abierto». «El PGOU debe construirse desde el consenso y el equilibrio, no desde el interés político de los gobernantes», ha sentenciado Novo.

VISIÓN CRÍTICA DE VECINOS POR RIVAS VACIAMADRID
Las denuncias del PP no son aisladas. La plataforma ciudadana Vecinos por Rivas Vaciamadrid ha sumado su voz a la protesta, ampliando la lista de «auténticas locuras» que, según ellos, propone el gobierno municipal. A través de un comunicado y declaraciones de su portavoz, han puesto el foco en puntos específicos del plan que, aseguran, perjudican directamente a los ciudadanos.
Una de las principales preocupaciones de la plataforma es la construcción de viviendas en parcelas de carácter dotacional. De seis parcelas designadas para servicios públicos como bibliotecas, polideportivos o centros de mayores, el Ayuntamiento planea construir en cinco de ellas. «El Gobierno Municipal de Rivas aprovecha el mes de agosto para fijar el plazo de alegaciones a su plan general de ordenación urbana. Y mira, te digo tres parcelas muy claras: la del CERPA, que nadie entiende que pongan ahí un bloque de pisos cuando solo hay chalés alrededor, en vez de ampliar el CERPA. La de la Biblioteca Gloria Fuertes, que van a poner un bloque delante de unos chalés que ya de por sí están hundidos, y la del Polideportivo del Cerro del Telera», ha señalado el portavoz.
La crítica se extiende a la modificación de los planes urbanísticos previos. El portavoz de Vecinos por Rivas relata un caso particular que ilustra la indignación de los afectados: «Delante de mi casa, los vecinos nos compramos las casas con esa orientación, en esa ubicación, porque delante iban chalés y ahora quieren poner bloques en la altura. El plan general antiguo ponía chalés y ahora quieren construir pisos. Entonces, a mí me tapan todas las vistas».

Esta plataforma ciudadana también ha recordado que hace unos años se paralizó la entrega de licencias de construcción por la falta de servicios básicos en la ciudad. En un tono inquisitivo, se preguntan: «¿Qué nuevos servicios hay en nuestra ciudad ahora? ¿No será que nuestro gobierno municipal también esté especulando con la vivienda?».
Tanto el PP como Vecinos por Rivas Vaciamadrid insisten en que el futuro de la ciudad está en juego y animan a la ciudadanía a participar activamente en el proceso de alegaciones. El mensaje es unánime: no es momento de quedarse en silencio. La fecha límite del 31 de agosto marca la cuenta regresiva para que los vecinos de Rivas Vaciamadrid eleven su voz y, como propone el PP, «se paren a protestar» contra lo que consideran un modelo urbanístico ideologizado y perjudicial. La pelota está ahora en el tejado del gobierno municipal, que tendrá que lidiar con la avalancha de críticas y propuestas que se avecina.