Un verano caluroso, seco y asfixiante. Así podría describirse el panorama de España, donde una ola de incendios forestales ha arrasado miles de hectáreas, calcinando el noroeste del país y reavivando una confrontación política que cada día va a más. El fuego, que ha expuesto las vulnerabilidades en la planificación de la prevención y en la capacidad de respuesta, ha servido como un catalizador para una nueva batalla entre los dos partidos más grandes de España, el PSOE y el PP, que buscan capitalizar la crisis en un entorno de incertidumbre política y ante la posibilidad de unas elecciones anticipadas.
La fragilidad del Gobierno de Pedro Sánchez ha creado un terreno fértil para el enfrentamiento. En este contexto, el Partido Popular ha adoptado una estrategia de ataque frontal, sin tregua. Figuras destacadas de la directiva popular han salido a la palestra para acusar directamente a ministros y altos cargos socialistas de una gestión deficiente, señalando al Gobierno como el principal responsable de la magnitud de la catástrofe. La narrativa del PP es clara: la tragedia es consecuencia de la inacción y de la falta de previsión del Ejecutivo central.
EL PSOE SE DEFIENDE Y ACUSA AL PP DE «BRONCA» POLÍTICA
El PSOE, en una clara maniobra de defensa, ha reaccionado con vehemencia ante estas acusaciones. Este fin de semana, el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, se convirtió en la voz del partido. En un vídeo compartido en las redes sociales, lamentó que, en lugar de ofrecer soluciones, la «única aportación» del PP ante los incendios haya sido su «obsesión» por desbancar a Pedro Sánchez. «Este es el nivel político del Partido Popular. Esta es la gran aportación a nuestro país que está haciendo el Partido Popular desde hace años. Le da igual lo que le pase a los ciudadanos y a las ciudadanas. Su única obsesión es echar a Pedro Sánchez», sentenció López.

El portavoz socialista no se detuvo ahí, sino que acusó al PP de basar sus críticas en «la mentira y el insulto», tácticas que, según él, son la «seña de identidad» del partido. Desmintió, por ejemplo, la acusación de que el Gobierno no había desplegado los fondos europeos para la prevención de incendios. Para demostrar lo contrario, López presentó cifras concretas: hasta 235 millones de euros de fondos europeos han sido transferidos directamente a las Comunidades Autónomas para invertir en prevención y combate, y otros 149 millones han sido destinados a mejorar las operaciones aéreas de extinción.
A pesar de que los incendios comienzan a evolucionar «favorablemente», López lamentó que lo mismo no ocurra con la «incontinencia verbal» del PP, al que acusó de aportar «cero» utilidad, pero «bronca, toda la que haga falta». Como contraposición, el portavoz destacó la diligencia del Gobierno, que ya está «poniendo en marcha los primeros decretos para ayudar a los afectados». La diferencia entre ambas posturas, reflexionó, es «abismal».
EL PACTO DE ESTADO COMO CONTRAPUNTO A LA CONFRONTACIÓN
La tensión ha escalado al punto de que el PP ha solicitado la comparecencia de varios ministros en el Senado, un movimiento que Patxi López ha tildado de «ruido». Para el portavoz socialista, esta es una estrategia para crear un circo mediático. «Si de verdad les importara la realidad y qué tenemos que hacer para que no vuelva a suceder, los primeros que tendrían que comparecer son los presidentes de las comunidades autónomas», afirmó, en un claro intento de devolver la responsabilidad a los gobiernos regionales, muchos de ellos bajo el control del PP.
Mientras la oposición se enzarza en la confrontación, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha intentado situar la crisis en un marco de consenso y visión a largo plazo. Tras visitar junto al presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, el puesto de mando en Degaña, Sánchez anunció la creación de una comisión interministerial de cambio climático. Esta nueva entidad, que comenzará a trabajar el próximo martes, estará liderada por la vicepresidenta tercera, Sara Aagesen, y el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska.
El objetivo de esta comisión es preparar el terreno para un Pacto de Estado contra la emergencia climática, una «apuesta que trascienda las legislaturas» y que convierta la lucha contra el cambio climático en una política de Estado. Sánchez defendió la necesidad de «redimensionar» y «redefinir» las estrategias de mitigación y adaptación, a la luz de las devastadoras consecuencias de este verano, que ha dejado incendios y temperaturas récord.

Para el presidente, esta es una tarea conjunta que involucra a instituciones y a toda la sociedad, ya que «somos todos los afectados por esta emergencia climática». Además, ha confirmado que el Consejo de Ministros declarará las áreas afectadas como «zonas afectadas por una emergencia de protección civil» y ha pedido la colaboración de alcaldes y vecinos para obtener la información necesaria y poder realizar «la valoración económica de la catástrofe» que permita iniciar la reconstrucción «cuanto antes».
Así, mientras los fuegos dejan un rastro de destrucción, la política española se divide entre la crítica y la búsqueda de un pacto. La crisis climática ha dejado de ser una preocupación teórica para convertirse en un factor que influye directamente en el discurso y las estrategias de los partidos, redefiniendo el tablero político a medida que las llamas se apagan y las cenizas de la confrontación se asientan.