Las quesadillas de jamón y queso se han ganado un lugar en la mesa de quienes buscan un bocado rápido, sabroso y reconfortante. Crujientes por fuera y con un relleno suave y derretido en su interior, este plato sencillo demuestra que la cocina casera no necesita ser complicada para sorprender. Su secreto está en pequeños detalles que hacen toda la diferencia, como la elección del queso adecuado, el jamón de buena calidad y, sobre todo, la técnica al momento de cocinarlas.
Más allá de su sencillez, las quesadillas de jamón y queso representan ese tipo de receta que se adapta a cualquier momento. Pueden ser el desayuno perfecto, una cena ligera o incluso una opción práctica para compartir en reuniones informales. Lo interesante es que, con algunos trucos, se logra ese equilibrio perfecto entre el crujido de la tortilla y la cremosidad del relleno, lo que convierte este plato en mucho más que una simple combinación de ingredientes.
1Ingredientes de unas quesadillas de jamón y queso perfectas

El primer paso para que logres conseguir unas quesadillas de jamón y queso memorables está en la calidad de los ingredientes que elijas. Una tortilla de maíz o de trigo fresca es esencial, ya que será la base que le aporte textura. En cuanto al queso, te recomendamos optar por uno que funda bien, como mozzarella, gouda o manchego, e incluso puedes combinarlos para lograr una mezcla más cremosa y con un sabor más profundo. El jamón debe ser jugoso y cortado en lonchas finas, lo suficientemente flexible para integrarse con el queso sin romper la tortilla.
A estos ingredientes básicos también puedes añadirle tu toque personal, por ejemplo, es una buena opción un poco de mantequilla para untar en la superficie de la tortilla y así, darle un dorado uniforme y un crujiente extra. También puedes agregar hierbas frescas como orégano o perejil, que aportan un matiz diferente sin quitar protagonismo al jamón y al queso. Así, la receta clásica se puede transformar en una experiencia más completa.