España es un país lleno de historia, tradiciones y símbolos que la han convertido en una de las naciones más reconocidas del mundo. Sin embargo, pocas personas se han detenido a pensar de dónde viene realmente su nombre. La mayoría da por sentado que se trata de un término propio, nacido de la cultura de quienes la habitaron, pero la realidad es muy distinta y bastante llamativa, porque su raíz se encuentra mucho más atrás en el tiempo.
Los historiadores y lingüistas coinciden en que el nombre de España tiene un origen que no proviene directamente de los españoles. Más bien, está ligado a los pueblos que llegaron a la península hace más de dos mil años, cuando el territorio aún no estaba unificado ni tenía la identidad que hoy conocemos. Este dato, lejos de restar importancia, revela la riqueza cultural que ha marcado a España desde sus inicios y que sigue viva en su historia actual.
1España en tiempos de los fenicios

El origen más aceptado del nombre de España se remonta a los fenicios, un pueblo comerciante que navegaba por el Mediterráneo alrededor del siglo IX a. C. Ellos llegaron a la península atraídos por sus recursos naturales, especialmente los minerales, y fundaron importantes enclaves costeros. Fue entonces cuando habrían utilizado la palabra I-Shpania o Hispania, que se traduce como “tierra de conejos”, en referencia a la fauna que encontraron.
Lo curioso es que los fenicios no usaron este término pensando en los habitantes, sino en la abundancia de estos animales que recorrían los campos en grandes cantidades. España, por tanto, comenzó a ser nombrada a partir de un detalle faunístico que marcó a los visitantes de aquella época, sin relación directa con la cultura local, lo que convierte a este origen en un dato tan peculiar como interesante.