Dr. Ernesto Revuela (59), oncólogo: ‘Este es el primer síntoma del cáncer de páncreas que el 90% de la gente ignora, y después ya es tarde’

Una señal de alarma en el baño podría ser el aviso más temprano de una de las enfermedades más silenciosas. Los expertos insisten en que este cambio corporal, a menudo atribuido a otras causas, es una pista fundamental.

El primer síntoma del cáncer de páncreas suele manifestarse de una forma tan sutil que la mayoría de las personas lo pasan por alto, atribuyéndolo al cansancio o a una simple deshidratación. Sin embargo, en ese pequeño cambio que observamos en la intimidad se esconde una señal de alerta crítica, un mensaje que nuestro cuerpo nos envía y que podría ser la primera y única oportunidad para un diagnóstico a tiempo. ¿Estamos realmente prestando la atención que debemos?

La tragedia de esta enfermedad reside en su sigilo, en su capacidad para crecer sin dar la cara hasta que ya es demasiado tarde para actuar con eficacia. Mientras nos preocupamos por dolores evidentes o síntomas más escandalosos, existe una modificación en la orina que delata un problema interno grave en el páncreas y que exige una consulta médica inmediata. Ignorarla no es una opción cuando cada día cuenta de una manera tan decisiva.

LA SEÑAL SILENCIOSA QUE APARECE EN EL BAÑO

Desvelamos por qué un cambio de color en la orina es una de las primeras banderas rojas de este tumor.
Desvelamos por qué un cambio de color en la orina es una de las primeras banderas rojas de este tumor. Fuente Freepik.

Pocos asocian una orina muy oscura, de un tono similar al coñac o al té, con un problema en un órgano como el páncreas. Lo habitual es pensar que hemos bebido poca agua o que se debe a algún alimento o medicamento. Sin embargo, cuando este color persiste durante varios días, la realidad podría ser mucho más compleja. Este cambio es un síntoma del cáncer de páncreas que no se debe subestimar bajo ningún concepto.

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La explicación es puramente mecánica y tremendamente lógica. Cuando un tumor crece en la cabeza del páncreas, a menudo presiona y obstruye el conducto biliar. Esto provoca que la bilirrubina, una sustancia que el hígado produce, no pueda drenar correctamente hacia el intestino. Como consecuencia, esa bilirrubina se acumula en la sangre y se filtra a través de los riñones, tiñendo la orina de ese característico e inquietante color oscuro.

¿POR QUÉ ES EL AVISO MÁS PRECOZ Y ENGAÑOSO?

El motivo por el que esta señal es tan crucial es que puede aparecer cuando el tumor es todavía relativamente pequeño y, lo que es más importante, antes de que aparezca el dolor. El cáncer de páncreas es conocido por no causar molestias hasta fases muy avanzadas, cuando ya se ha extendido. Por eso, este aviso visual, que no duele, se convierte en una ventana de oportunidad única para la detección temprana.

El carácter engañoso de este síntoma reside en que, a menudo, no viene acompañado de nada más, al menos al principio. Una persona puede sentirse perfectamente bien, sin fiebre, sin malestar, sin pérdida de apetito. Simplemente nota esa anomalía en el baño. Esta ausencia de otros síntomas evidentes es lo que lleva a la mayoría de la gente a restarle importancia y a posponer la visita al médico, perdiendo un tiempo que es absolutamente vital.

LOS OTROS SÍNTOMAS FANTASMA QUE LO ACOMPAÑAN

Aunque la orina oscura puede ser el primer aviso, a menudo viene seguida de otras señales sutiles.
Aunque la orina oscura puede ser el primer aviso, a menudo viene seguida de otras señales sutiles. Fuente Freepik.

Poco después de que la orina cambie de color, es muy frecuente que aparezca otro signo directamente relacionado: la ictericia. Se trata de una coloración amarillenta de la piel y, de forma más visible, en la esclerótica (el blanco de los ojos). Al igual que la orina oscura, la ictericia es causada por el mismo exceso de bilirrubina en la sangre y es una de las pistas más claras de que algo está obstruyendo las vías biliares.

Junto a estos dos síntomas, pueden aparecer otros que también son fáciles de ignorar. Un picor generalizado en la piel, sin una erupción visible, es otro efecto secundario de la acumulación de sales biliares. También es común que las heces se vuelvan de un color pálido o arcilloso. Este conjunto de señales conforma el cuadro clínico temprano del cáncer de páncreas, un puzle que debemos aprender a reconocer.

¿QUIÉN TIENE MÁS PROBABILIDADES DE SUFRIRLO?

Aunque cualquier persona puede desarrollar esta enfermedad, existen factores de riesgo que aumentan significativamente las probabilidades. El tabaquismo es, con diferencia, uno de los más importantes, llegando a duplicar el riesgo. Del mismo modo, la obesidad, la diabetes tipo 2 de larga duración y la pancreatitis crónica son condiciones que debilitan y fuerzan al páncreas durante años, elevando el peligro de una neoplasia pancreática.

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También hay un componente genético que no se puede obviar. Tener antecedentes familiares de primer grado (padres, hermanos o hijos) con este tumor incrementa notablemente el riesgo. Lo mismo ocurre con ciertas mutaciones genéticas hereditarias, como las del gen BRCA2. Conocer estos factores no debe generar pánico, sino fomentar una mayor vigilancia y la adopción de hábitos de vida más saludables para cuidar la salud pancreática.

ESCUCHAR A TU CUERPO: LA CLAVE PARA GANAR LA BATALLA

La detección precoz es la herramienta más poderosa contra el cáncer de páncreas, y empieza por la autoobservación.
La detección precoz es la herramienta más poderosa contra el cáncer de páncreas, y empieza por la autoobservación. Fuente Freepik.

La lucha contra este tipo de tumor no se gana en un laboratorio con una solución mágica, sino en el día a día, prestando atención a las pequeñas señales que nuestro organismo nos envía. Vivimos en una sociedad que nos empuja a ignorar las molestias leves, a «aguantar» y a no preocuparnos «por tonterías». Sin embargo, en oncología, un síntoma aparentemente insignificante puede ser la diferencia entre un diagnóstico curable y uno terminal.

No se trata de vivir con miedo ni de convertirse en una persona hipocondríaca, sino de cultivar una relación de respeto y escucha con nuestro propio cuerpo. Si notas algo anómalo, algo que persiste y que no tiene una explicación lógica, consúltalo. La sanidad está para eso. Confiar en tu instinto y buscar una opinión profesional ante un cambio como la orina oscura no es una exageración, es un acto de responsabilidad y de amor propio.

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