La depresión es una de las enfermedades más comunes y, al mismo tiempo, más silenciadas de nuestro tiempo. Millones de personas en el mundo conviven con este trastorno que afecta tanto a la mente como al cuerpo, limitando la calidad de vida y, en muchos casos, dificultando las relaciones personales y el desempeño laboral. Frente a este panorama, la búsqueda de estrategias de prevención y tratamiento se ha convertido en una prioridad para médicos y psicólogos.
En los últimos años, diferentes estudios científicos han demostrado que el ejercicio físico moderado puede desempeñar un papel clave en la prevención de la depresión. No se trata de convertir a la población en atletas de élite, sino de incorporar rutinas accesibles que permitan mantener el equilibrio entre el cuerpo y la mente. Los expertos subrayan que incluso caminar a paso ligero durante media hora al día puede marcar la diferencia.
3Una herramienta complementaria que ayudará a reducir la depresión
Aunque el ejercicio moderado puede reducir de forma notable el riesgo de depresión, los profesionales insisten en que no debe entenderse como una cura única ni como sustituto de los tratamientos médicos y psicológicos. La depresión es un trastorno complejo que requiere un abordaje integral, en el que la terapia, el acompañamiento y, en algunos casos, la medicación, resultan indispensables.
Lo que sí está claro es que incorporar actividad física en la vida cotidiana ofrece una ventaja preventiva y terapéutica. En un mundo marcado por el sedentarismo, dar valor al ejercicio como aliado de la salud mental es un mensaje que cobra cada vez más fuerza. En palabras de los especialistas, se trata de una herramienta sencilla, accesible y efectiva para disminuir la incidencia de la depresión y mejorar la calidad de vida.
