Los ultraprocesados se han convertido en parte habitual de la dieta diaria de millones de personas, debido a su practicidad, el bajo costo y la larga vida útil en las estanterías de los supermercados; cosas que han hecho que ocupen un lugar central en la alimentación moderna. Sin embargo, especialistas en nutrición y salud advierten que ese aparente beneficio trae consigo un riesgo silencioso y un mayor impacto en la incidencia de enfermedades crónicas.
Cada vez más investigaciones señalan que el consumo excesivo de ultraprocesados está estrechamente vinculado con problemas que van desde la obesidad hasta la diabetes tipo 2, pasando por alteraciones cardiovasculares. Aunque tomarlos de forma esporádica no supone un daño inmediato, los expertos insisten en que la frecuencia y la cantidad marcan la diferencia. La evidencia científica crece, y con ella la preocupación de médicos y nutricionistas que llaman a repensar los hábitos alimentarios.
2El impacto en la salud a largo plazo

La advertencia más contundente de médicos y especialistas es clara, y es que un exceso de ultraprocesados se traduce en mayor riesgo de enfermedades graves. Estudios recientes han mostrado que las personas que basan buena parte de su alimentación en este tipo de productos tienen más probabilidades de desarrollar obesidad, hipertensión y diabetes tipo 2.
El corazón también sufre las consecuencias. El exceso de sodio y grasas trans eleva las posibilidades de padecer problemas cardiovasculares, mientras que los azúcares añadidos se relacionan con el síndrome metabólico. Los expertos recalcan que no se trata de demonizar un alimento en particular, sino de entender que los ultraprocesados, consumidos de forma habitual, generan un efecto acumulativo que termina reflejándose en la salud a medio y largo plazo.