Letizia vuelve a situarse en el centro de la atención mediática, y esta vez no ha sido por ningún evento en especial, sino por una ausencia que no ha pasado desapercibida. En un día clave para su hija Leonor, la Reina ha preferido quedarse en Madrid atendiendo su agenda institucional, lo que ha sido interpretado como un gesto que prioriza su papel como consorte sobre su faceta de madre. La Princesa de Asturias vivió un momento trascendental en la Academia del Aire de San Javier, donde ingresó oficialmente, mientras su madre dedicaba tiempo a supervisar los primeros pasos de sus nuevas colaboradoras.
La razón de esto es que el 1 de septiembre no solo marcó el regreso de muchos españoles a la rutina, sino también el arranque de una nueva etapa en el entorno de la Reina. Letizia recibió oficialmente a Marta Carazo y Rosa Lerchundi, dos mujeres que se convierten en piezas clave en su equipo de trabajo. Así, la agenda profesional de la consorte coincidió con el debut militar de Leonor, lo que dejó la imagen de una heredera sin el apoyo presencial de su madre en un momento cargado de simbolismo.
1El nuevo equipo de confianza de la Reina

Letizia ha demostrado en más de una ocasión que apuesta firmemente por rodearse de mujeres de confianza y con experiencia. Con el nombramiento de Marta Carazo como su secretaria personal y de Rosa Lerchundi al frente de la comunicación, la Reina refuerza su estrategia de apoyo femenino. Ambas profesionales vienen del periodismo, un ámbito en el que también se formó y trabajó Letizia antes de su llegada a la Corona, lo que genera una conexión inmediata en códigos laborales y en la manera de abordar los retos del día a día.
La elección de Marta Carazo no es casual. La periodista de TVE se despidió de los informativos el pasado 27 de junio para ponerse a disposición de la Casa Real. Su perfil, marcado por la rapidez de reacción, la organización y la templanza, parece hecho a la medida de lo que Letizia necesitaba: una compañera con capacidad de manejar situaciones complejas, con un lenguaje profesional común y, sobre todo, con la empatía que solo alguien del mismo gremio puede aportar.