Los narcodrones vuelven a la cárcel de Algeciras por tercera vez este año

Los funcionarios de la cárcel de Botafuegos, en Algeciras (Cádiz), viven en un permanente estado de tensión esperando la visita nocturna de los narcodrones que sobrevuelan la prisión buscando a los destinatarios de sus mercancías, desde drogas hasta teléfonos móviles.

A lo largo del año 2025, se han avistado drones sobrevolando la prisión algecireña y se han incautado tres de ellos, el último de ellos se observó la pasada madrugada en la ventana de un preso, a la mañana siguiente los funcionarios de seguridad procedieron al registro de la celda y módulo, incautándose de más de 200 gr. de hachís, el preso fue conducido al módulo de aislamiento y trasladado al centro penitenciario de Sevilla 2.

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Imagen del narcodrón sobrevolando la prisión.

Se trata de un preso de origen marroquí, condenado a una pena privativa de libertad de 4 años y 3 meses por un delito de homicidio, tenencia de armas sin licencia y con múltiples expedientes disciplinarios en prisión, entre ellos organizador de materiales prohibidos.

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Desde la sección sindical del sindicato de funcionarios ACAIP en Algeciras, se ha estado informando del modus operandi, el piloto de la aeronave, miembro de una red delictiva, permanece en las inmediaciones del establecimiento penitenciario a la vez que dirige el dron cargado de drogas, teléfonos móviles… hasta la ventana de la celda del preso, quien previo pago y acuerdo, espera pacientemente hasta recoger la mercancía; desde hace años y hasta la fecha, los drones interceptados han transportado drogas (heroína, cocaína, hachís), psicofármacos, teléfonos móviles de última generación, tarjetas sim o cargadores de móviles.

El impacto para la seguridad de la prisión es múltiple: los teléfonos móviles facilitan la comunicación entre presos y redes delictivas externas, la droga atenta contra la salud del interno, además de generar amenazas, agresiones, coacciones o ajustes de cuentas, también altera el buen funcionamiento del centro y el objetivo primordial del sistema penitenciario, «la reeducación y reinserción social», explican desde ACAIP.

La vigilancia exterior de Botafuegos corresponde a la Guardia Civil, si esta primera barrera no actúa y el dron sobrepasa el muro carcelario, son los funcionarios de prisiones los encargados de impedir que se deposite la carga en el interior. Funcionarios que con demasiada frecuencia no cuentan con recursos materiales ni tecnológicos para hacer frente a esta amenaza constante para la seguridad de la cárcel.

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El dron transportando mercancías al interior de la prisión de Algeciras.

Desde la sección sindical ACAIP en Algeciras, se lleva mucho tiempo denunciando y reclamando una respuesta integral y coordinada, donde intervengan Instituciones Penitenciarias, fuerzas y cuerpos de seguridad y nuevas tecnologías, además de legislación específica.

Hace más de tres años, el actual secretario general de prisiones Angel Luis Ortiz, visitó la prisión de Botafuegos donde el sindicato ACAIP «entre otros graves problemas le expuso el problema de los narcodrones, alegó que tenían un proyecto piloto a implantar en el penal de Ceuta, actualmente nadie sabe nada, además hace dos meses mantuvo una reunión de directores de prisiones de toda España donde se hablaron de múltiples temas, excepto de narcodrones», aseguran los funcionarios.

«El señor Ortiz no aporta soluciones, permanece inerte ante tantos problemas que azota a las cárceles españolas, por ello se ha granjeado el enfado y descrédito de sus propios empleados penitenciarios, lo mejor para todos es su dimisión y comienzo de nueva etapa», piden desde ACAIP.

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Hay que recordar que la cárcel de Algeciras sufre problemas de seguridad desde hace años. Los funcionarios de prisiones de la cárcel de Botafuegos en Algeciras se han incautado un total de 571 terminales de telefonía movil entre los años 2020 y 2024. En el resto de cárceles españolas la cifra asciende a 12.882 móviles. Tan solo el pasado año se requisaron un total de 2.884 dispositivos en toda España de los cuales 59 fueron retirados de esta cárcel de Cádiz.

Los teléfonos móviles están prohibidos dentro de los centros penitenciarios porque permiten a los internos eludir los controles de comunicación establecidos, facilitando la continuidad de actividades delictivas, como la violencia de género, el narcotráfico o seguir coordinando las redes criminales desde el interior de prisión. Esta prohibición no solo responde a criterios de seguridad, sino también al cumplimiento del mandato constitucional de reducación y reinserción social.

MÓVILES EN LOS DRONES

Los móviles se han convertido en uno de los objetos más codiciados dentro de prisión, generando un mercado negro que conlleva graves consecuencias para la seguridad del establecimiento y el buen orden interno.

Muchos de estos terminales son utilizados por internos condenados por narcotráfico, violencia de género o bandas organizadas, cuyas comunicaciones están restringidas e intervenidas por motivos de seguridad, a su vez originan alteraciones del orden debido al mercadeo interior donde se generan deudas, coacciones, amenazas, agresiones o peleas.

Los funcionarios deben hacer frente a esta problemática con medios insuficientes, los terminales son cada vez más pequeños y fabricados con plásticos por lo que escapan fácilmente a los detectores de metales, al ser diminutos pueden esconderse en lugares insospechados y muchos de ellos son transportados por drones, con capacidad de sobrevolar las instalaciones penitenciarias y depositarse de forma precisa en el lugar convenido, todo ello gestionado desde el exterior por bandas organizadas previo pago económico del interesado.

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